Con frecuencia me escriben con un interrogante: ¿Hasta cuándo debo orar por un milagro? Y la respuesta invariable, como se lo escribí a Nancy Antoy, de ciudad de México, es “Hasta que el milagro ocurra”.
No Dudamos Nada, Creemos Hasta en lo Imposible y Nos Hagarramos del Invisible.
Con frecuencia me escriben con un interrogante: ¿Hasta cuándo debo orar por un milagro? Y la respuesta invariable, como se lo escribí a Nancy Antoy, de ciudad de México, es “Hasta que el milagro ocurra”.