viernes, 23 de junio de 2017

Dios está presente en los días malos


Génesis 39.1-23 | En las noticias vemos regularmente imágenes de calamidades en nuestro mundo. Y, en lo personal, también experimentamos tiempos difíciles. Lo mismo sucede con familiares y amigos que enfrentan dificultades con sus hijos, la pérdida de empleos y rupturas matrimoniales.



Como cristianos, tenemos un Padre celestial que ha prometido estar con nosotros en nuestras dificultades. Podemos confiar en Él; Dios sabe antes que nosotros lo que sucederá; nada está oculto a sus ojos (He 4.13). Él ve en la oscuridad de los tiempos borrascosos, con tanta claridad como lo hace a la luz del día (Sal 139.11, 12). Por medio de su Espíritu, el Señor nos da consuelo, fortaleza y sabiduría para perseverar.

La historia de José ilustra esta verdad. Tras ser rechazado por sus hermanos y vendido como esclavo, fue acusado falsamente por la esposa de su amo y encarcelado. Pero en medio de esos malos momentos, el joven hebreo experimentó la presencia y el favor de Dios.

Dudo que José comprendiera los designios del Señor durante su esclavitud y encarcelamiento. Pero después, como segundo al mando de Faraón, entendió el propósito de Dios al permitir esos años difíciles. Dios usó todas las adversidades en la vida de José para lograr su magnífico plan (Gn 45.4-8; 50.20).


Cuando los problemas le golpeen, recuerde la verdad de Dios y cobre ánimo. El Espíritu Santo que mora en nosotros tiene los recursos para darnos lo que necesitamos, prepararnos para la experiencia y sostenernos con su presencia durante los días malos. Nada puede impedir que los propósitos de nuestro Señor se cumplan (Is 14.27).


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