En un
tiempo de humanismo, donde la razón pesa más que la fe, nos encontramos con el
desafío de descubrir que la confianza en Dios nos conduce a un mejor camino. No
es que ya lo haya vivido todo ni que me sienta totalmente realizada, es que
tengo la plena seguridad de que los siguientes años que me suman por vivir
serán muchos mejores.
¿Cómo seguir
creyendo aún en medio de una sociedad que cree que lo mejor es dejar a Dios de
lado? Y que nos dice “Preocúpate por todo. Si no te preocupas; eres un total
irresponsable, un incompetente, un bueno para nada”. Entonces, tú dices: “Está
bien, que se me caiga el cabello de la preocupación, que me falte el sueño…
Total, la sociedad entera vive así, con el stress, con el nuevo cáncer del
siglo 21”.
Pero que
nos dice Dios sobre este tema en Mateo 6:34 (NTV) “Así que no se preocupen por
el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los
problemas del día de hoy son suficientes por hoy”
¡Relájate!
Toma el mejor consejo de la Biblia y apaga a tu colérico, que ya va en 5ta
velocidad. Sé un poco más flemático, vive confiando en Dios a cada instante. La
preocupación es parte del futuro que no podrás cambiar… Así que, vive tu
presente confiando en tu Dios Todopoderoso.
Ojo, que lo
que dice Dios en Mateo no es una sugerencia, sino que va a modo de memorándum,
es decir es una llamada de atención al orden.
No te
preocupes por el mañana, confía en Dios en todo tiempo.
No te
preocupes por los resultados del médico, confía en el “Doctor del Cielo”.
No te
preocupes por quién pagará la deuda, confía en la chequera de tu Padre
Celestial.
No te
preocupes porqué aún no te casas, confía en que Dios está preparando al mejor
para ti y lo bueno siempre toma su tiempo.
No te
preocupes por tu familia, entrégasela a Dios y confía.
No te
preocupes porque todo estará bien, ¿a caso en algún momento Él te ha fallado?
¡Dios te ha
dado poder y la fuerza para seguir adelante aún en un mundo que no le cree! Así
como los peces de mar que pasan toda su vida nadando en agua sumamente salada
pero su carne es dulce; así también, tú puedes vivir en una sociedad repleta de
maldad y valores degradados pero continuar con tu confianza en Dios intacta!
Si Él
dividió nuestro tiempo en días y noches, es para que pudiéramos tener porciones
de vida más manejables y para que aprendiéramos a no preocuparnos más de la
cuenta.
Vivir
preocupados, no es vida… Es frustración y no quiero eso ni para mí, ni para ti.
¡Se siente horrible!
Salmo 62.8
(NTV) “Oh pueblo mío, confía en Dios en todo momento; dile lo que hay en tu
corazón, porque Él es nuestro refugio”
Dile a tu
corazón que camine y que disfrute del proceso, así vivirás feliz. Dile a tu
corazón que hable con Dios y que entienda que el mejor terapeuta lo tenemos
alzando nuestra mirada al cielo pues Él nunca nos dijo que sucumbiéramos a
llevar las cargas de nuestras vidas, sino que siempre nos dijo CONFÍA y
entrégame tus problemas.
Cuando
quieres volver a preocuparte, simplemente busca a Dios y confía que cuando
ponemos todos nuestros asuntos en sus manos, Él se ocupa de todo lo nuestro.
Con un
simple movimiento de confianza podrás deshacerte de esa carga opresiva. Aunque
pensamientos de ansiedad te cerquen y se entrecrucen en tu cerebro, mantén tu
confianza en Dios en todo tiempo y escucharás como todos los grilletes de la
preocupación caerán instantáneamente.
Disfruta tu
día. Disfruta cada día que Él ponga en tus manos, vívelo con alegría confiando
en todo tiempo en Dios y aprende de las frustraciones, que son solo una
escalera al próximo nivel.
Vive un día
a la vez y confiando todos los días en Él.
Por Wenddy Neciosup
(Reflexiones Cristianas)
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