LEA: Salmo
72:12-20 | Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los
montes… —Salmo 72:16
He estado
en varias cumbres de montañas, y puedo decir que allí no crecen muchas plantas.
Las superficies son rocosas y están cubiertas de líquenes. Por lo general, no
es un lugar donde abundan los granos.
Pero
Salomón, quien escribió el Salmo 72, le pidió a Dios que hubiera «…un puñado de
grano […] en las cumbres de los montes» (v. 16) para que eso caracterizara su
reinado. Si el grano en las montañas es algo tan inusual, ¿qué está sugiriendo
Salomón? ¿Que el poder de Dios puede producir resultados aun en los terrenos
menos prometedores?
Quizá te
consideres una persona insignificante, con poco para ofrecer al reino de Dios.
No te desanimes: el Señor puede producir una cosecha abundante a través de ti.
Esta es una de las ironías de la fe: Dios utiliza lo insignificante para llevar
a cabo grandes cosas. Nosotros, en su mayoría, no somos ni sabios ni nobles,
sino anónimos y alejados de lo extraordinario. Sin embargo, todos podemos ser
útiles. Y al contrario de lo que tal vez pensemos, se debe a que Dios puede
utilizar nuestra debilidad (1 Corintios 1:27-29; 2 Corintios 12:10).
Es posible
estar demasiado inflados u orgullosos como para que Dios nos utilice, pero
nunca podremos ser demasiado insignificantes. Al sacar «fuerzas de debilidad»,
somos hechos «fuertes» (Hebreos 11:34). El gran poder de Dios nos capacita para
llevar a cabo todo lo que Él nos ha llamado a hacer.
Para experimentar
el poder de Dios, debemos admitir primero nuestra debilidad.
(Nuestro
Pan Diario)
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