Leer |
MATEO 26.36-56
Si usted
quiere experimentar la victoria en los conflictos que enfrenta, piense en cómo
el Señor Jesús luchó y ganó sus batallas. La batalla crucial de su vida se
libró aun antes de llegar a la cruz. Al orar en el Getsemaní, luchó con el
conocimiento de que llevaría el terrible peso del pecado de la humanidad, y de
que sufriría la separación espiritual del Padre celestial.
En su lugar
especial de oración, Jesús estuvo solo sobre su rostro, y clamó. Y cuando dejó
el huerto, salió como vencedor sobre Satanás, cuyo poder sobre la humanidad
estaba a punto de ser destruido en la cruz. Jesús bebió la copa del sufrimiento
y de la separación, pero Él sabía que, al final, triunfaría (He 12.2). Fue por
eso que pudo enfrentar a sus adversarios con valor y autoridad. Cuando Jesús se
dirigió a confrontar a quienes iban a arrestarlo, estaba en pleno control de la
situación, tanto así que los fariseos y los soldados "retrocedieron y
cayeron a tierra" (Jn 18.6). Él permitió que lo arrestaran, decidido a
hacer la perfecta voluntad de su Padre.
Si usted
tiene el hábito de pasar regularmente un tiempo a solas con Dios, llegará a
conocer el corazón y la mente de Él. Entonces, cuando se enfrente a grandes
decisiones con consecuencias para toda la vida, será capaz de discernir la
dirección que Él da por medio de su Espíritu.
Cuando
usted se entrega por completo, pone las consecuencias de su decisión en las
manos de un Dios omnisciente, misericordioso y todopoderoso en cuyas manos
están el pasado, el presente y el futuro. Por lo cual podrá enfrentar las
pruebas con valentía para glorificar a Dios y humillar al enemigo.
Fuentes: En
Contacto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.