domingo, 7 de agosto de 2016

Siervos piadosos


Juan 13.13-16 | Biblia en un año: Isaías 63-66 | Cuando usted escucha la palabra “siervo”, ¿le viene a la mente alguna persona? Quizás recuerde a un vendedor singularmente servicial o a esa maravillosa mujer de la iglesia que siempre se ocupa de cada detalle.


Estamos rodeados de siervos que aman al Señor, pero lamentablemente no los apreciamos. Esta es una tragedia que tenemos que corregir, no solo por el bien de ellos, sino también por el de nosotros. Creo firmemente que el servicio fiel de creyentes consagrados a Dios traerá bendiciones incalculables a quienes ellos sirvan.

Por ejemplo, la historia de José revela que adondequiera que él se hallaba, las personas prosperaban. Potifar no era un hombre que temía a Dios, pero reconocía que su prosperidad la debía a su esclavo. Otro ejemplo del Antiguo Testamento es Daniel, cuyos servicios al rey de Babilonia incluía la interpretación de visiones (Dn 2, 4, 5).

En ambos ejemplos, líderes fueron bendecidos por las acciones de sus servidores. Pero, más que eso, ganaron consciencia del Dios vivo, y contribuyeron al éxito de ambos jóvenes al darles más responsabilidades y mayores oportunidades de servicio (Gn 39.1-6; Dn 2.46-48; 5.29).

Descubra qué personas a su alrededor tienen el don de servicio. Pase tiempo con ellas, sirviendo y trabajando para la gloria de Dios. Si usted desprecia a alguien que desempeña algún “trabajo de siervo”, se privará de una relación que pudiera literalmente cambiarle la vida. En vez de eso, busque a esas personas, y pregúnteles: “¿De qué manera puedo unirme al servicio que usted desempeña?”



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