Génesis 2:
7 Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida; y fue el hombre un alma viviente.
Eclesiastés 12:
7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
Lucas 16:
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
20 Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado a la puerta de él, lleno de llagas,
21 y deseaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
22 Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Y murió también el rico, y fue sepultado.
23 Y en el infierno alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno.
¿Es la muerte el fin de todo? ¿Habrá vida más allá de la muerte? ¿Qué es la viada? ¿Qué es la muerte?; alguna de estas pregunta tal vez te ha hecho durante el transcurso de tu vida.
En todo lo que nos rodea hay vida, si miramos a nuestro alrededor, nos damos cuanta que vida hasta en lo más sencillo, un árbol, una hormiga.
Durante nuestro transcurso o estadía en esta vida, si se puede llama así, pasamos por varias etapas: nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos.
La vida según Génesis 2: 7 es el aliento o el espíritu de vida como dice otra versión que sopló Dios en la nariz del hombre; o sea la mezcla de esto dos componente, el cuerpo y el aliento dan lugar a la vida o alma viviente.
El ser humano se compone de tres partes: espíritu, alma y cuerpo.
La muerte según Ecleastés es la separación de estos componentes; el cuerpo vuelve a la tierra, el espíritu vuelve a Dios, y el alma va a recibir de acuerdo a como allá vivido el ser humano; si vivió una vida agradable a Dios, irá a la gloria; ahora bien si vivió una vida de pecado irá al infierno.
Recientemente asistí a un entierro de alguien muy cercano a nosotros que murió; un trago muy amargo que hay que pasar, cuanto dolor, que dolor tan tremendo.
Saben, la muerte nos esta asechando; en cada paso que damos, cada vez que nos movemos, cuando trabajamos, cuando conducimos nuestros vehículos, en cada instante de nuestra vida; la muerte nos esta asechando.
Lo más lejo que tenemos es la muerte, pero de repente esta puede llegar; estamos preparado para enfrentar la muerte, tenemos nuestra maleta echa.
Debo decirte que Dios regala seguro de vida y este seguro es valido aun más allá de muerte; solamente debemos aceptar a Dios y vivir conforme a su voluntad. Para el cristiano no hay muerte, la vida se llama eterna.
Félix Abreu
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