sábado, 14 de julio de 2018

¿Qué puedo hacer?




En ocasiones sucede que algún amigo(a) se nos acerca y nos pide ayuda, muchas veces porque necesitan dinero, otras porque necesitan ayuda en cualquier otra área de sus vidas y, sucede con frecuencia que, no sabemos qué hacer frente a esta situación. Todo esto, me lleva a reflexionar en aquel pasaje bíblico en el que el Apóstol Pedro iba camino al templo y un paralítico le pide dinero, pero el Apóstol no tenía, ¿lo recuerdas? Si no tenía, ¿qué le dio entonces?


La Palabra nos recuerda que en él había poder para echar fuera demonios, liberar al oprimido, etc. y eso fue exactamente lo que hizo, le dio lo que necesitaba: libertad. A un amigo no solo se le ayuda con dinero, hay otras formas espirituales de ayudarlo, mira lo que la Biblia nos enseña al respecto: “oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos” (Santiago 5:16 NTV).


La oración es una de las armas espirituales más poderosas que el creyente tiene, no solo sirve para interceder por otros, también sirve para comunicarnos con el Padre Celestial. Lo que más me impacta de este verso es el resultado de esa oración, porque dice que la oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados, así que vamos a detenernos en estos dos últimos aspectos. Primero, LA ORACIÓN TIENE MUCHO PODER. De los principales ataques del enemigo hacia el creyente es el desánimo, ¿sabes por qué? Porque este produce apatía y esta conlleva a la falta de oración y la falta de oración lleva a la poca fe, al no creer que algo sea posible. Por esta razón, es que el enemigo nos desanima para que no oremos, porque él sabe bien el poder que hay detrás de una oración. Una oración puede cambiar el destino de una persona, hacer milagros sobre la naturaleza, sanar, entre otras. Jeremías 33:3 (RVR1960) nos asegura que nuestras oraciones serán escuchadas, pero eso no significa que Dios actúe siempre a nuestro favor, es por ello que, no debemos confundir escuchar con actuar. En su soberanía, Jehová Dios puede no responder a una oración y justamente el no responder sea la respuesta que necesitamos en ese momento. Sin importar la respuesta, Jeremías 29:11 (RVR1960) nos enseña otro principio bien importante: solo Dios conoce los planes que tiene para nosotros y la palabra dice que son “de bien para darnos el fin que esperamos”.




Segundo, LA ORACIÓN DA RESULTADOS MARAVILLOSOS. Sin importar la respuesta de la oración, sabemos, por medio de la Palabra, que obtendremos resultados maravillosos, aunque no nos gusten, porque debemos entender que, en Su omnisciencia, Dios sabe lo que nos conviene. Dice la Palabra en Mateo 21:22 (RVR1960), “todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”, lo cual nos lleva a una gran verdad: si no crees que puedes recibir o que alguien por quien intercedes pueda recibir, entonces ya has anulado este principio, pues no has creído. Así que, sabemos que, el principal ingrediente de la oración es la fe, a través de ella podemos obtener resultados maravillosos. Finalmente, sabemos que aunque no tengamos una forma palable de ayudar aparentemente, sabemos que siempre existe una forma espiritual de hacerlo: orar por los otros. Espero que esta reflexión haya llegado en el momento justo a tu vida. ¿Quieres ser de bendición para otros? Comparte hoy. Dios les bendiga.


Bajo la guía del Espíritu Santo,

Sergio Meza Padilla


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