Leer | JUECES
14; 16.15
Si usted no
se ocupa de sus debilidades, éstas le destruirán. Las vulnerabilidades pueden
acercarle más a Dios o volverle ciego a su amor. José y Sansón enfrentaron
tentaciones semejantes, pero respondieron de manera muy diferente. Día tras
día, la esposa de Potifar trató de seducir a José, pero él rechazó sus
proposiciones (Gn 39.7-9). Sansón, en cambio, cedió voluntariamente ante Dalila
(Jue 16.15, 16).
Sansón fue
consagrado a Dios, y el Espíritu Santo se movía en su vida (13.25). No
obstante, eligió la senda de la intemperancia. Por ser demasiado orgulloso para
reconocer su debilidad, vivió negándose a ver la realidad, lo que lo llevó a
una falta de disciplina y dejó la puerta abierta a Satanás. Debido a que
justificó su debilidad, ésta creció y pronto comenzó a dominar su vida. Al
escuchar las mentiras del diablo y a gente impía, cambió la bendición de Dios y
su fuerza sobrenatural por el placer sexual irresponsable. Al final, ¿qué
obtuvo? Absolutamente nada.
Si se le da
la más mínima oportunidad, el pecado se infiltrará en su vida y lo afectará
todo, incluyendo su fe, su trabajo, y sus relaciones con familiares y amigos.
No hay nada que esté fuera de los límites. Tal vez usted está pensando que no
tiene ninguna debilidad con el potencial de destruir su vida; eso es porque
Satanás ya le ha cegado a la realidad espiritual que le rodea.
Usted tiene
la opción de hacer frente a la tentación como lo hizo José, o como lo hizo
Sansón. En momentos de debilidad, ¿depende de Dios, le obedece y le pide
fuerzas para vencer? ¿O inventa excusas y se aparta de Él? ¡Qué diferente
habría sido la vida de Sansón si hubiera elegido una respuesta diferente!
Fuentes: En
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deseo tanto llegar hacer una persona plena para DIOS aunque halla momentos dificiles y desiluciones se siempre que DIOS esta conmigo y EL es fiel siempre fiel y puso personas como ustedes para bendecirnos mas gracias por este medio de bendecir con textos como este,amen.
ResponderBorrarLa Gloria sea para Dios
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