domingo, 12 de febrero de 2012

EMPIEZA CON UN PASO





"Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo…" Levítico 11:44


"Sed santos porque yo soy santo". ¿Hay algún mandamiento más difícil de obedecer? Probablemente, no; pero está ahí, en la Palabra de Dios (Levítico 11:44; 1 Pedro 1:16).

Entonces, ¿cómo podemos ser tan santos como Dios? Después de todo, la razón por la que debemos inicialmente confiar en Jesús como Salvador es porque no somos santos. Romanos 3:23 nos dice que "todos pecaron". Incluso después de poner nuestra fe en Cristo para ser salvos, ¿cómo podemos pensar en ser tan santos como Dios?

El desafío de tratar de igualar al Señor en la categoría de la santidad puede parecer demasiado complicado para enfrentarlo. No obstante, si nos sometemos al Espíritu Santo que vive en nosotros y Él nos convence, creceremos.

Es útil dar un paso a la vez. Por ejemplo: ¿qué haces, dices o piensas que no refleja la santidad de Dios? Tal vez trates a los demás con rudeza. O quizá tengas un pecado secreto. Ocúpate ya de esa área. Habla con Dios al respecto. Pídele perdón. Luego, con Su poder, procura conquistar esa faceta de tu vida.

También piensa en esto: ¿qué puedes hacer para mejorar tu relación con Dios? Mientras más tiempo pases con Él, más te le parecerás.

Poco a poco, paso a paso, trabaja para deshacerte de cualquier conducta que no sea santa y esfuérzate cada día para acercarte más a Dios. Como creyente en Jesucristo, no hay ningún desafío mayor.

Reflexión: Si quieres ser como Cristo, mantén el paso con él.

Fuentes: Devocional Diario

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