domingo, 20 de mayo de 2012

Cómo aprender a llevar las cargas de otros



Romanos 15: 1  Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.

2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.


La Biblia exhorta a los cristianos a compartir las cargas unos con otros. Hacerlo de manera efectiva requiere sensibilidad, aceptación y disponibilidad.


Sensibilidad. Si usted no es sensible a los problemas de quienes le rodean, ¿cómo puede ayudarlos? Cada semana, usted se sienta en la iglesia entre personas que sufren intensamente. El Señor conoce el dolor de cada una, y está allí para liberarlas, pero generalmente actúa por medio de sus hijos. Felizmente, tenemos el Espíritu de Dios que nos sensibiliza en cuanto a las necesidades que hay en medio nuestro.

Aceptación. No debemos llevar las cargas basándonos en nuestra opinión acerca de la otra persona. Jesús no hace diferencia entre las personas que debemos amar o ayudar. Si queremos ser como Cristo, debemos estar dispuestos a compartir el dolor de los demás, sin importar quiénes sean.

Disponibilidad. A veces, los cristianos piensan que es responsabilidad del pastor cuidar de los demás. Pero él también tiene cargas. Su pastor quiere ayudar a todo el mundo en todas las formas posibles, pero si él es el único que está disponible para ofrecer apoyo a la iglesia, ambos se derrumbarán. Una comunidad de fe prospera cuando las personas llevan sus cargas mutuamente. Pregúntese si hay una manera en que puede ayudar a llevar las cargas en su iglesia.

La Biblia nos dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Gá 5.14). Después de amar al Señor con todo el corazón, este es el mandamiento más grande (Mt 22.39). Por tanto, cuando nos hacemos partícipes del sufrimiento y las cargas de otros, cumplimos con una gran ley de Dios.

Fuentes: Contacto

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