sábado, 5 de abril de 2014

El aborto, moderno culto al diabólico dios Moloch


Fernando Alexis Jiménez  | Ministrar liberación a una persona endemoniada es relativamente sencillo cuando se tiene autoridad espiritual. No obstante, en aquella joven profesionista parecía difícil. Se expulsaban demonios, entraba en una especie de período de tranquilidad, pero los ataques reiniciaban sorpresivamente, causándole mucho dolor.

 Escuchaba voces. “Me atormentan; me dicen que no se irán”, susurraba con llanto. Fue entonces que el Espíritu Santo reveló que durante su período de adolescente, había abortado.

--¿Abortaste alguna vez?--, le preguntó. Ella asintió con la cabeza e inmediatamente procedimos a guiarla en una oración pidiendo perdón por ese pecado, renunciar a las consecuencias que se desataron y reconocer que sólo el Señor Jesús era el Dios de su vida.

Ahora, permítame aclarar algo: No que esté señalando a todas las personas que abortaron como si estuvieran endemoniadas, pero sí reafirmar mi convicción: el aborto abre puertas al mundo de las tinieblas. Y esos espíritus buscan tomar dominio en quienes lo han practicado, no solo en la mujer sino en quien eventualmente fue el padre de la criatura.


El apóstol colombiano, Enrique Gómez Montealegre, al referirse al interés de los demonios por corporizarse entre quienes le abren puertas, escribe: “Imaginémonos cómo querrán esos espíritus—que no tienen cuerpo físico para sacar su maldad—encontrar cuerpos para continuar sus desgracias. Es importante mencionar que el hombre con sus pasiones, ambiciones desmedidas y deseos de la carne, constituye el vehículo más apropiado para su utilización… A menudo la gente no comprende la gravedad de verse mezclada con el ocultismo”(Enrique Gómez Montealegre. “Los dos reinos”. CMB Ediciones. 2002, Colombia. Pgs. 10, 55)

Abortas no es otra cosa que desconocer la soberanía de Dios, el dueño de la vida, sino además, rendirle culto a quien no vino sino a matar, hurtar y destruir, que es Satanás (Juan 10:10)

Le invito para que consideremos las peligrosas y destructivas consecuencias que encierra el aborto.


El aborto, un culto creciente

El aborto viene tomando fuerza cada día más en el mundo. Se estima que diariamente se interrumpe la vida de 4.000 criaturas en proceso de gestación tan solo en los Estados Unidos. Es una cifra que obedece a los registros, pero el volumen de sub registros es todavía mayor.

Los especialistas calculan que cada año se practican entre 36 y 53 millones de abortos en todo el mundo. Paralela a esta cifra, pierden la vida un millón de mujeres con estos procedimientos.

De acuerdo con un informe publicado por el diario El Mundo   “El 26% de la población vive en países en los que la interrupción del embarazo está esencialmente prohibida, según el último informe del Centro para los Derechos Reproductivos. 69 estados tienen completamente vetado el aborto o sólo lo permiten para salvar la vida de la mujer.”(Diario El Mundo. Edición digital 17/07/2008).


Tan solo en España el aborto está despenalizado cuando se presenta una de las siguientes circunstancias: en caso de peligro para la salud física o síquica de la madre, de violación o de grandes malformaciones en el feto. No obstante, tiene más defensores que opositores.

Las estadísticas no dejan menos que estupor. Por ejemplo, entre 1991 y 2001, la tasa de abortos entre las adolescentes españolas se duplicó. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), España se sitúa ahora en la media y ha superado a Estados Unidos, Reino Unido y Rumanía entre otros.

El diario El Mundo informó que “En el año 91, se registraron en España 41.910 abortos. Diez años después, esta cifra aumentó hasta 69.857: 1,67 veces más. Este crecimiento estuvo impulsado principalmente por las adolescentes, según el estudio 'Determinantes sociales de la interrupción del embarazo en España', que compara a nuestro país con otros 13 (Rumanía, Rusia, República Checa, Hungría, EEUU, Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Francia, Finlandia, Alemania y Austria).”(Diario El Mundo. Edición digital 04/07/2004)


¿Y en nuestro tiempo actual? Las cifras son mayores. Los abortistas constituyen una corriente que toma fuerza en el mundo entero.

¿Qué hay detrás del aborto?

Aun cuando haya quienes piensen que se trata de una posición radical y hasta cierto punto fanática, lo cierto es que la moderna corriente a favor del aborto—con el apoyo de dirigentes gubernamentales y políticos de todas las naciones—no es más que el renacimiento del dios diabólico Moloc.

¿Recuerda quién era? Le invito para que tome nota: Moloch o Moloch Baal fue una creación de la religiosidad fenicia, cartaginesa y cananita. Se le consideraba símbolo del fuero que purifica. Se le conocía como “el rey”. Se le representaba con una figura humana con cabeza de carnero o becerro, sentado en un trono y con una corona u otro distintivo de realeza, como un báculo.


Demandaba que sus seguidores le sacrificaran niños, especialmente bebés. En los templos en los que se rendía culto a Moloch se encontraba una enorme estatua de bronce hueca, con la boca abierta y los brazos extendidos, dispuesto a recibir los holocaustos.

Para ahogar el llanto y los gritos de los infantes, los sacerdotes utilizaban tambores, trompetas y tímbalos. En el interior de la estatua se encendía fuego, a cuyas llamas eran arrojadas las criaturas.

El culto a Moloc se extendió en el Mediterráneo y gozaba de aceptación entre los reyes que ambicionaban poder sobre sus enemigos.


Muchos de los israelitas que ejercieron el poder “Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándole.”(2 Reyes 17:17. La Biblia de Las Américas)

¿Qué desencadena el aborto? Literalmente maldiciones, aspecto puntual sobre el cual nuestro amado Dios fue claro al advertir: “No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicero…”(Deuteronomio 18:10. Biblia de Las Américas) Es evidente que cesar la vida de una criatura en el vientre, fue asociada desde la antigüedad con prácticas ocultistas promovidas por el reino de las tinieblas.

Es necesario renunciar a todo pecado oculto

Generalmente al aborto se convierte en un pecado oculto porque ninguna mujer y—en muchos casos sus compañeros en ese momento--, se atreven a confesarlo. Pretenden guardarlo en el baúl de los recuerdos bochornosos, pero el sentimiento de culpa les acompaña mucho tiempo, hasta que no lo confiesen.


Abortar afecta la vida física y espiritual de las personas al tiempo que se constituye en una afrenta contra Dios, quien prohibió el sacrificio de niños: “Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.”(Deuteronomio 18:10; cf. Levítico 18:21; 20:2-6)

¿Cuál era y sigue siendo a consecuencia de abortar según lo advirtió el Señor: “Y yo pondré mi rostro contra el tal varón, y lo cortaré de entre su pueblo, por cuanto dio de sus hijos a Moloc, contaminando mi santuario y profanando mi santo nombre.”(Levítico 20:3) También leemos que también instruyó: “No harás así a Jehová tu Dios; porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses.”(Deuteronomio 12:29-32)

Por supuesto, no terminaría de citar todas las Escrituras que refieren la abominación que representa delante de Dios sacrificar hijos, que traducido en nuestro tiempo no es más que la interrupción de un embarazo.

Cierta señora no podía conciliar el sueño y era atormentada con pesadillas en las que veía niños llorando. Ahora casada, arrastraba una situación dolorosa ya que esas imágenes la llevaban a desequilibrios en su sistema nervioso.


Cuando procuró ser liberada, reconoció que había abortado siendo muy joven. Sólo al admitir su pecado y renunciar a él delante del Señor, pudo ser libre de sus tormentos.


Hoy es el día para que, si alguna vez incurrió en ese tipo de prácticas, reconozca su pecado y rinda su vida a Jesucristo. Sólo Él trae perdón a su vida y le permite ser libre de todas las ataduras en que incurrió. Cristo es quien rompe las cadenas. Ábrale hoy las puertas de su corazón.

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