Cuando sembramos algo, esperamos cosechar algo; si sembramos tomate, esperamos cosechar tomate, si sembramos maíz, esperamos cosechar maíz, y así sucesivamente.
Es por eso que la Biblia dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”. Gálatas 6:7
En mi opinión este versículo hace alusión a la cosecha tanto espiritual como material. Si sembramos lo material, cosecharemos lo material; o sea el tomate, el maíz, la habichuela; entre otros.
Si sembramos lo espiritual, en este caso, cosas que no se pueden ver, como la moral, la buena costumbre, lo que se debe y no se debe hacer, el concepto del bien y del mal; entonces cosecharemos lo espiritual; acciones, ideas, comportamiento.
Proverbios 22: Instruye al niño en el camino que debe andar; y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
Los niños son como esponja, adsorben todo; tenemos que tener cuidado de como instruimos a nuestro hijos, que ejemplo le estamos dando; ya que lo que le enseñemos lo van a llevar hasta su vejez, o sea toda la vida.
Recuerda que lo que se siembra eso también se cosecha; si siembra odio, cosechará odio; si siembra amor, cosechará amor; siembra cosa buenas sobre tus hijos y cosechará cosas buenas.
Sabe que entre la siembra y la cosecha hay un espacio de tiempo, que hay que esperar con paciencia y con la certeza de que al final cosecharemos lo que sembramos.
Hebreos: 1 Es, pues, la fe, la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de lo que no se ve.
Salmos 40: 1 Pacientemente esperé en Jehová, y Él se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Sembremos, pero sembremos buenos frutos y aprendamos a esperar con paciencia y con la certeza y la seguridad de que al final cosecharemos lo que sembramos.
Félix Abreu
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