Leer: Romanos 11:33-36 | ¿Te gustaría
cultivar un mayor sentimiento de gratitud? George Herbert, poeta británico del
siglo xvii, en su poema Gratefulness [Gratitud], alienta a sus lectores a
alcanzar esa meta: «Tú, que me has dado tantas cosas, dame una más: un corazón
agradecido».
Herbert reconocía que lo único que
necesitaba para ser agradecido era, simplemente, tomar conciencia de las
bendiciones que Dios ya le había dado.
En Romanos 11:36, la Biblia declara que Jesucristo
es la fuente de toda bendición: «Porque de él, y por él, y para él, son todas
las cosas». «Todas las cosas» abarca tanto lo extravagante como lo netamente
terrenal. Todo lo que recibimos procede directamente de nuestro Padre celestial
(Santiago 1:17) y como resultado de su amor hacia nosotros.
Al tomar más conciencia de las bendiciones
de Dios, aprendo a cultivar un corazón que reconoce quién es la fuente de todas
mis alegrías; pero, en especial, de aquellas que suelo considerar lógicas.
Entre ellas: una mañana fresca para correr, una cena con amigos, preparar
tostadas con mis hijas, la belleza de la creación y el aroma de un café recién
preparado.
¿Qué son esas «tantas cosas» que Dios ya
nos ha dado? Abrir nuestros ojos a esas bendiciones nos ayudará a desarrollar
corazones agradecidos.
Señor,
gracias por… [menciona lo que venga a tu mente].
Cuando
pienses en todo lo que es bueno, da gracias a Dios.
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