miércoles, 2 de marzo de 2011

DIOS MERECE LA MEJOR ALABANZA.


La alabanza tiene un poder tremendo; alabar es elogiar, celebrar con palabra; podríamos decir que significa agradecer, pero agradecer de corazón.

Alabamos a Dios cuando las cosas están bien, pero como alabar a Dios cuando todo anda mal, cuando nos anuncian la muerte o la enfermedad terminar de ser querido.

1 Tesalonicenses 5: 18 Dad gracias en todo; porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

A Dios se le da gracia por todo, se le alaba por todo; debemos alabar en todo momento; cuando todo anda bien alabamos a Dios; cuando todo anda mala alabamos a Dios también.

Josué 6:

3 Cercaréis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis seis días.
4 Y siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuernos de carneros delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las trompetas.
5 Y cuando tocaren prolongadamente el cuerno de carnero, así que oyereis el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad se vendrá abajo; entonces el pueblo subirá cada uno en derecho de sí.
20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las trompetas; y aconteció que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó con gran vocerío, y el muro cayó a plomo; y el pueblo subió luego a la ciudad, cada uno en derecho de sí, y la tomaron.
El pueblo de Israel, estando al frente de los muros de Jericó, con una situación bien difícil, dio su mejor alabanza.

Cuando la situación se pone más difícil, cuando no hay nada para sostenernos, cuando buscamos y no encontramos, cuando la noche se hace más oscura; entonces es que Dios desea la mejor alabanza.

En medio de los problemas alabamos a Dios, porque confiamos en Dios y entendemos que lo Dios haga en nuestra vida, será bueno para nosotros, Dios sabe lo que nos conviene.

No entiendo como es que hay tanto que llegan a la iglesia y no tienen razones para alabar a Dios, se quedan contemplando a otros hermanos alabándoos, como que Dios no has hecho con ellos.

La alabanza derriba muros, rompe cadenas, abre nueva puerta, enfermos son sanado, batallas se han ganado, muerto han resucitado a través de la alabanza.

No deje que los problemas, que el enemigo de la almas apague tu alabanza; desde el medio del desierto alaba a Dios; desde en medio de los problemas alaba a Dios; no importa por la situación que esté pasando, sea buena o sea mala, alaba a Dios.

Oremos
Gracia mi buen Dios por rescatarme del lodo cenagoso, gracia por el nuevo días, gracia por mis amigos, gracia Señor porque tu misericordia es nueva cada mañana.

Félix Abreu

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