lunes, 14 de marzo de 2011

EN EL CAMPO DE BATALLA


Deuteronomio 34:

4 Y le dijo Jehová: Ésta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu simiente la daré. Te he permitido que la veas con tus ojos, mas no pasarás allá.
5 Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme a la palabra de Jehová.


Hebreos 11:

12 Por lo cual también, de uno, y éste ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
39 Y todos éstos, aunque obtuvieron buen testimonio mediante la fe, no recibieron la promesa.

Cada país tiene sus héroes, que lucharon por la independencia, que se sacrificaron por un país libre y soberano; muchos de ellos murieron en su casa y alcanzaron a ver su país libre, otros murieron en el campo de batalla.

Se habla poco de los caídos en el campo de batalla, de aquellos que murieron por un ideal, de lo que sacrificaron hasta su vida, de lo que dieron el todo por el todo.

La vida es como un campo de batalla, donde cada día enfrentamos o la misma batalla o una batalla diferente, cada uno de nosotros tiene su propia batalla que enfrentar, su propio problema.

Muchos han caído en el campo de batalla sin ver la promesa hecha realidad en su vida y en su familia; pero lo mejor de esto es que han muerto o han caído en el campo de batalla.

Muchos personajes bíblicos murieron sin alcanzar a ver su promesa hecha realidad; otros han enterrado sus muertos; lo que murieron, murieron creyendo, murieron luchando, murieron en el campo de batalla.

Visualizo un campo de batalla y me imagino ver tantos caídos, tantos muertos, tanto de un bando, como del otro; muchas sangres derramada, mucho sacrificio; por nuestro objetivo.

Hebreos 10: 39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que creen para salvación del alma.

Nosotros no somos de lo que retrocedemos, sino que seguimos caminando, seguimos luchando, seguimos peleando y si tenemos que morir en el campo de batalla, pues morimos, pero morimos por nuestra familia, por nuestros hijos, morimos creyendo en Dios.

Félix Abreu

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.