lunes, 1 de agosto de 2011

Empujando una Piedra


Romanos 8: 28 Y sabemos que todas las cosas ayudan a bien, a los que aman a Dios, a los que conforme a su propósito son llamados.
Deuteronomio 29: 29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Cuando fracasamos varias veces, no varias sino, muchas veces, normalmente viene a nuestra mente de que Dios nos ha abandonado, que Dios no nos quiere, que talvez ya Dios no nos considera como hijo.
A pesar de que vamos a la iglesia, damos nuestro diezmo y nuestra ofrenda, alabamos a Dios y creemos en El, pero casi todo nos sale mal; y tú te preguntara: Como es posible que si yo le sirvo al Dios dueño del universo, dueño del oro y de la plata, me encuentre todavía empujando una piedra.
Que estoy haciendo mal mi buen Dios, hasta cuando voy a estar empujando la piedra, debo moverla o simplemente empujarla.
A veces no entendemos el porque hacemos la cosa, cual es el propósito de Dios al dejarnos pasar por ciertas circunstancias, que se esconde detrás de cada prueba; pero Dios si lo sabe y todo lo que El hace en nuestra vida, es para nuestra bien y para hacer realidad su propósito en nuestra vida.
Llegara el día en que si entenderemos, el porque pasamos por cierta situación, el porque por cierta prueba y entonces diremos valió la pena sufrir por mi Dios, valió la pena soportar por mi familia, por mi hogar, por mis hijos.
Félix Abreu

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