
Los cristianos
sirios están en el corazón del conflicto que asola el país desde hace 18
meses. Hace unos días dos barrios cristianos de Damasco estuvieron bajo
el fuego cruzado de los oponentes y los partidarios del régimen de
Bachar al-Assad. Los cristianos piden ayuda y un número creciente de
ellos buscan refugio en el Líbano para sobrevivir.
“Los sacerdotes, las
religiosas, los fieles y sobre todo los refugiados tienen miedo, el
pánico es general”, así terminaba la carta de Monseñor Samir Nassam,
arzobispo maronita de Damasco, dirigida a la Obra de Oriente, una
asociación francesa de ayuda a los cristianos perseguidos. Siria no está
únicamente poblada de musulmanes, ahí viven (o sobreviven) muchos
cristianos. Estos serían 1.900.000, repartidos sobre todo el territorio
sirio.
Estos cristianos
forman parte de una de las más viejas comunidades de Oriente Medio, y
representan algo más del 9% de la población siria. Entre ellos hay
protestantes, fieles de la Iglesia de Roma y ortodoxos, en total 11
iglesias distintas. Mimados por el régimen sirio desde el mandato del
padre de Bachar al-Assad, los cristianos se encuentran hoy en una
posición difícil. Para consolidar su poder frente a la población sunita,
Hafez al-Assad atrajo hacia su liderazgo a numerosas minorías. Es así
que desde entonces, muchos cristianos pudieron acceder a altos cargos
oficiales. (Uno de los tres miltares de alto rango muertos en el
atentado de hace unas semanas era un cristiano: Dahoud Rahija. Los otros
dos eran un sunita de etnia turca, Hassan Turkmani, y el tercero un
alauita, Assef Shawkat).
Desde los primeros
meses de la revuelta, las comunidades cristianas han sentido que las
cosas empezaban a ponerse mal para ellas y se han puesto del lado del
régimen presidencial. El miedo de ver el islam radical tomar el poder ha
llevado a los cristianos a buscar la defensa de sus intereses en la
persona de Bachar al-Assad. Hace pocos meses se alegraban de ver como
Rusia ponía su veto en el Consejo de Seguridad de la Onu, lo que impedía
una acción de la ONU contra el régimen sirio, pero ahora los cristianos
dudan de la perennidad del régimen de al-Assad, y se preocupan por el
futuro.
Al estar
considerados muy cercanos al régimen y por lo tanto a la represión, los
cristianos temen padecer las consecuencias de la llegada de los sunitas
al poder. La libertad de culto de los cristianos estaba asegurada hasta
hace unos meses, hasta el desencadenamiento de los ataques de los
islamistas, pero ahora los cristianos de Siria temen al espectro de la
persecusión.
Siria se encuentra
actualmente en el lugar 36 en el índice de persecución de los cristianos
en el mundo publicado por la ONG Portes Ouvertes. Con un índice de
persecusión de 39, los cristianos de Siria han beneficiado hasta ahora
de una situación relativamente apacible. Según esta ONG, “hasta ahora la
minoría cristiana ha sido protegida por el régimen de al-Assad. Como
los cristianos no perturban la armonía común y no amenazan al gobierno,
son tolerados y disponen de libertad de culto, aunque están vigilados
por la policía secreta.
Pero esta
tranquilidad que han tenido los cristianos durante tiempo ha empezado a
peligrar desde el inicio de la revuelta. Desde marzo del 2011,
combatientes sunitas llegados desde el extranjero han entrado en el
país. Han atacado y asesinados a cristianos y otros han sido
secuestrado. Los hechos de violencia contra los cristianos se
multiplican a diario. Esta amenazas y crímenes son interpretadas como el
inicio de mayores violencias en el futuro.
Fuentes: Alerta Digital
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