El gran
artista Miguel Angel tardó mucho tiempo en dar los últimos toques a una de sus
obras más famosas.
Cierto
amigo que lo visitaba casi todos los días le preguntaba siempre:
-¿Qué has
hecho hoy?
A lo cual
el maestro contestaba:
–Hoy he
perfeccionado ese detalle en la mano, he mejorado la sombra en aquella arruga,
he arreglado la luz en aquella parte del vestido, etcétera.
–Pero esas
son bagatelas, dijo un día el visitante.
–Ciertamente,
contestó Miguel Angel; pero la perfección se hace de bagatelas; y la perfección
no es una bagatela.
La vida del
cristiano está hecha de pequeños detalles, las pequeñas cosas de cada día. No
hay cosa tan pequeña que no merezca nuestra atención. Puede parecer una
bagatela, pero no olvidemos que de esas bagatelas está hecha la vida, y la vida
no es una bagatela.
Lucas 8:15
Mas la que
en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la
palabra oída, y llevan fruto en paciencia.
Lucas 21:19
En vuestra
paciencia poseeréis vuestras almas.
Romanos 5:3
Y no sólo
esto, más aún nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación
produce paciencia.
Fuentes:
Renuevo de Plenitud
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