miércoles, 18 de enero de 2012

La Pornografía en el Matrimonio Cristiano

  
La pornografía puede empezar con algo tan simple como una foto en la computadora o en una revista de hombres o en una Web. Y antes de que pase mucho tiempo, la necesidad de estimulación le lleva paso a paso de un material gráfico a un material más explícito y revelador y en un abrir y cerrar de ojos, lo hacemos de manera más y más frecuente.


La pornografía nos anima a tratarnos los unos a los otros como objetos o máquinas del placer. La pornografía siembra las semillas del aislamiento y nos lleva a relaciones no saludables y a la pérdida del respeto a nosotros mismos. Al paso que el usuario se involucra más y más en el mundo de la fantasía, la pornografía llega a ser una obsesión. ¡La pornografía no es NUNCA una buena idea!

Sin embargo, hay buenas noticias. Podemos liberarnos de la esclavitud de la pornografía.

¿Cuál es el impacto de la pornografía a la familia?
La Infidelidad Virtual: El uso de la pornografía dentro del matrimonio

¿Por qué la pareja no debe usar la pornografía para aumentar su excitación y para acrecentar sus relaciones sexuales? Hace mucho tiempo que la pornografía fue un vicio de los muy ricos. Nadie más podía darse lujos pornográficos. El Emperador romano llamado Cesar Tiberios era adicto a la pornografía y cuando quería satisfacerse, compraba pergaminos especiales de dibujos desde Egipto o traía al palacio jóvenes y señoritas entrenadas en las prácticas sexuales para demostraciones privadas.

Hoy, todo eso ha cambiado. Todos pueden comprar la pornografía. Las tiendas de rentar videos tienen secciones especiales solamente para las películas pornográficas. Con dos clics en la computadora, cualquiera puede ver lo que sea en la Web. Decir que "es fácil obtener pornografía" hoy día es una declaración que se queda corta. ¡Hoy la pornografía la tenemos pegada a nuestros ojos la queramos ver o no la queramos ver!


Vivimos en Pornotopia. En Pornotopia, la gente común y corriente hace preguntas que ni siquiera le hubiera ocurrido hacer en otros tiempos. Hoy se hacen preguntas como la siguiente: ¿Por qué el matrimonio no debe usar la pornografía para aumentar su excitación sexual y acrecentar sus relaciones sexuales? O ¿Por qué no podemos mirar una película pornográfica junto antes de acostarnos en la cama? De todos modos, muchos alegan, "lo hacemos por una buena causa y por lo menos lo hacemos juntos".

¡No es solamente que esto es malo sino que tampoco funciona! La esposa y su esposo no lo están haciendo juntos. Pensarlo es engañarse. En realidad, ¡se está invitando a otras personas a la intimidad del matrimonio! Ver pornografía no mejora sus relaciones sexuales. De hecho, la pornografía reduce su excitación y además debilita lo que sí puede acrecentar su excitación. Considerémonos cada uno de los cuatro puntos individualmente.

¿Por qué no están haciéndolo juntos? Llega la hora de acostarse, los señores Juan y Rosa González miran pornografía. Juan se excita mirando fotos de mujeres en vez de mirar a Rosa: Rosa se excita al mirar la imagen de un hombre en una foto en vez de mirar a Juan. Van a la cama y tienen relaciones sexuales. La pregunta es, ¿con quién están teniendo relaciones sexuales? Probablemente están en el acto sexual al mismo tiempo pero es bien claro que no están compartiendo el acto el uno con el otro. Juan está viviendo su fantasía con la mujer de la foto y Rosa con el hombre de la foto. El hecho que éstos no están presentes físicamente es sólo un detalle.

"Oísteis que fue dicho: "No cometerás adulterio". Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón." Mateo 5:27-28

Nos asombraría la sugerencia de emplear prostitutas para la noche para Juan y Rosa, para que se calienten con ellas y luego simultáneamente se den la vuelta para completar la experiencia sexual con su pareja del matrimonio. Sin embargo, esto es en esencia exactamente lo que están haciendo. Están teniendo relaciones sexuales con otras personas aunque no hay nadie más presente que ellos mismos.

Porqué la pornografía no aumenta las relaciones sexuales en el matrimonio Hace solamente una generación que la expresión "hacer el amor" se podía usar para cualquiera de las cosas que los enamorados hacen como por ejemplo: agarrarse de las manos, hacerse promesas increíbles, hacer cosas especiales el uno para el otro, susurrar dulcemente en el oído de su pareja. "Hacer el amor" quería decir cualquier experiencia donde los enamorados perdían la cabeza el uno por el otro en demostraciones de amor… porque el sacrificarse uno por el otro es lo que significa en realidad "hacer el amor". Hoy, desafortunadamente, utilizamos la expresión "hacer el amor" solamente para el acto sexual. Es una expresión engañadora. Claro que el acto sexual puede ser una manera de hacer el amor, ¡pero también puede ser una manera de destruirlo!

La razón por la que el acto sexual dentro del matrimonio es una manera de hacer el amor es porque el esposo se pierde a sí mismo en completo deleite de servir y complacer a su esposa, y la esposa hace lo mismo con su marido. Por contraste, cuando los esposos tienen relaciones sexuales incorporando la pornografía, ninguno de los dos está atento a su pareja, cada uno está pensando en sí mismo. Juan está satisfaciéndose a sí mismo, no a Rosa mientras imagina que Rosa no es Rosa sino la otra modelo y así Juana imagina que Juan no es Juan, sino el elegante modelo en quien está pensando. Eso no es hacer el amor… ¡Esto es masturbarse con el cuerpo de su esposa o su esposo!

¿Por qué la pornografía reduce la excitación sexual de la pareja? Hasta ahora es claro que aunque las relaciones sexuales pornográficas pueden acrecentar la excitación sexual de la pareja, no tiene nada qué ver la excitación sexual del uno con el otro. Cada uno está haciéndolo con otras personas. Y eso es solamente la mitad del problema.

La otra mitad es que las fantasías pornográficas llegan a ser adictivas. Considerémonos a Juan. Si Juan aumenta su excitación sexual imaginando que Rosa es otra mujer, Juan llegará a depender más y más en de fantasía, será menos capaz de ser excitado por Juana. No solamente eso sino que su fantasía perderá su poder rápidamente. Entonces para poder ser excitado otra vez necesitará… ¡una nueva fantasía! ¡Ahí está la trampa!


Al principio será suficiente solamente imaginar otra mujer. Pero pronto eso llega a ser antiguo, pues lo imaginario nunca tiene la vitalidad de la realidad. De pronto las fantasías de Juan van a ser más raras. Tendrá que imaginar no solamente otra mujer sino también otro tipo de mujer - no solamente las relaciones sexuales sino también otro tipo de relaciones sexuales - para poder sentir la excitación. Podrá encontrar que quiere la pornografía no solamente antes de las relaciones sexuales sino durante ellas. De hecho, la fantasía podrá llegar a no ser suficiente para satisfacerlo. Puede llegar a querer realizar… ¡sus fantasías pornográficas con su esposa! Sexo anal, sexo oral, posiciones raras, etc. se convierten en el nuevo nivel para lograr satisfacerse. Pase tiempo de calidad con su esposo(a) y comuníquese con él y no necesitará pornografía

La pornografía es destructiva en vez de constructiva.  De vez en cuando la pareja mira la pornografía simplemente porque tienen problemas disfrutando sus relaciones sexuales, y creen que la pornografía va a resolver este problema. Desdichadamente, el uso de la pornografía no solamente destruye lo que debe arreglar sino también, como ya hemos visto, distrae la pareja y evita que la pareja atienda lo que en realidad necesita ser atendido: El matrimonio.

La frustración sexual puede surgir de muchas causas. Posiblemente la pareja mira al acto sexual como una realización de sus propios deseos y no con el espíritu que Dios desea que se haga… con el espíritu de entrega. Posiblemente hay expectaciones no realistas acerca del acto sexual. Quizás uno de ellos está enfermo, deprimido, o tiene miedo de envejecer. A veces las frustraciones sexuales surgen de otros problemas dentro de la relación, como las disputas, la infidelidad o de no tomar tiempo para charlar y comunicarse.

Por la gracia de Dios, una pareja que esté enfrentando problemas puede trabajar en la reparación del matrimonio. Pero… ¡la pornografía no es la manera de ayudar, sino de empeorar la situación!

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