LEA: 1 Juan
4:1-6, 17-19 | Recuerdo que, en 1991, estaba mirando las noticias por televisión
cuando una revolución sin violencia se desató en las calles de Moscú. Los
rusos, que habían crecido en medio del totalitarismo, de pronto declararon:
«Vamos a actuar como si fuéramos libres», y permanecieron firmes en las calles
ante los tanques. El contraste entre el rostro de los líderes dentro de los
edificios y el de las masas afuera mostraba quién tenía miedo y quiénes eran
libres.
Ver las
noticias por televisión desde la Plaza Roja me hizo llegar a una nueva
definición de la fe: paranoia revertida. Una persona realmente paranoica
organiza su vida alrededor de una perspectiva común del miedo. Todo lo que
sucede alimenta ese temor.
La fe obra
de manera inversa. Una persona con fe planifica su vida alrededor de una
perspectiva común de la confianza; no del miedo. A pesar del aparente caos de
la época actual, Dios sin duda reina. Al margen de cómo me sienta, el Dios de
amor está verdaderamente interesado en mí.
¿Qué
sucedería si nosotros, en el reino de Dios, actuáramos como si las palabras del
apóstol Juan fueran literalmente ciertas: «… mayor es el que está en vosotros,
que el que está en el mundo» (1 Juan 4:4)? ¿Qué pasaría si empezáramos a vivir
como si la oración más repetida por la cristiandad hubiese sido respondida: que
la voluntad de Dios sea hecha en la Tierra como ocurre en el cielo?
Si
alimentas tu fe, tus temores morirán de hambre.
(Nuestro
Pan Diario)
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