Leer:
Génesis 4:1-8 | La Biblia en un año: Lucas 11:29-54 | Algunas plantas
carnívoras pueden digerir un insecto en unos diez días. El proceso comienza
cuando un bichito desprevenido huele el néctar en las hojas que forman la
trampa. El insecto investiga y camina hacia el interior de las fauces de la
planta. Entonces, las hojas se cierran repentinamente y los jugos digestivos lo
disuelven.
Esas plantas
me recuerdan la forma en que el pecado puede devorarnos si dejamos que nos
seduzca, ansioso de comernos. Génesis 4:7 declara: «si no haces bien, el pecado
yace a la puerta y te codicia» (lbla). Dios le dijo esto a Caín justo antes de
que este matara a su hermano Abel.
El pecado
puede tratar de engañarnos tentándonos con una nueva experiencia,
convenciéndonos de que vivir rectamente no vale de nada o apelando a nuestros
sentidos. Sin embargo, hay una manera de ejercer dominio sobre el pecado, en
vez de permitir que consuma nuestra vida. La Biblia dice: «Andad en el
Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne» (Gálatas 5:16). Cuando
enfrentamos la tentación, no estamos solos. Tenemos una ayuda sobrenatural: el
Espíritu de Dios nos da poder para vivir para Él y para los demás.
Querido
Dios, a veces bajo la guardia y cedo al pecado. Ayúdame a escuchar tus
advertencias y obedecer tu Palabra. Gracias por obrar en mí.
NUESTRO PAN DIARIO
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