martes, 7 de febrero de 2017

¿Me provoca gozo?


Leer: Filipenses 4:4-9 | La Biblia en un año: Mateo 24:1-28 | El libro de una joven japonesa sobre orden y organización ha vendido dos millones de ejemplares en el mundo entero. La esencia del mensaje de Marie Kondo es ayudar a la gente a despojarse de cosas innecesarias en sus casas y armarios; cosas que los sofocan. Dice: «Levanta cada artículo y pregunta: “¿Me provoca gozo?”». Si la respuesta es «sí», consérvalo. Si es «no», descártalo.


El apóstol Pablo exhortó a los creyentes de Filipo a procurar tener gozo en su relación con Cristo: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4:4). En vez de vivir una vida desordenada por la ansiedad, los instaba a orar por todo y dejar que la paz de Dios guardara sus corazones y sus mentes en Cristo (vv. 6-7).

Al considerar nuestras tareas y responsabilidades, vemos que no todo es motivo de gozo. Pero podemos preguntar: «¿Cómo provoca esto gozo en el corazón de Dios y en el mío?». Un cambio en el porqué hacemos las cosas puede transformar nuestra manera de verlas.

«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, […] honesto, […] justo, […] puro, […] amable, […] de buen nombre; […] digno de alabanza, en esto pensad» (v. 8).

Las palabras de despedida de Pablo son alimento para la reflexión y una receta para el gozo.


Señor, ayúdame a gozarme en mi tareas de hoy.

Enfocarse en el Señor es el principio del gozo.


NUESTRO PAN DIARIO

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