Leer: Juan 11:17-27 | La Biblia en un año:
Mr 7:1-13 | Un artículo del Washington Post, titulado «Último proyecto de los
titanes de la tecnología: Desafío a la muerte», hablaba de los esfuerzos de
Peter Thiele y otros magnates tecnológicos por extender la vida
indefinidamente. Están dispuestos a gastar millones en ese proyecto.
Llegaron un poco tarde. ¡La muerte ya fue
vencida! Jesús declaró: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá
eternamente» (Juan 11:25-26). Todos los que ponen su fe en Él nunca jamás
morirán.
Para ser claros, nuestros cuerpos morirán;
y no hay nada que se pueda hacer para cambiar esta realidad. Pero el
pensamiento, el razonamiento, el sentimiento y toda la parte inmaterial de
nuestro ser —lo que llamamos el «yo»— nunca morirá.
Y esto es lo mejor de todo: ¡es un regalo!
Lo único que tienes que hacer es recibir la salvación que ofrece Jesús. C. S.
Lewis, reflexionando en esto, lo describe como una especie de «risita en la
oscuridad»: una sensación de que la respuesta es algo sumamente sencillo.
Algunos dicen: «Es demasiado sencillo». A
lo que yo respondo: «Está bien. Pero si Dios te amaba antes de que nacieras y
quiere que vivas con Él para siempre, ¿por qué iba a hacerlo difícil?».
Señor
Jesús, perdona mis pecados.
Te acepto como mi Salvador.
Cristo
reemplazó la puerta oscura de la muerte
con el portal radiante de la vida.
NUESTRO PAN DIARIO
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