Aquellos que han sido incorporados a la familia de DIOS por medio de la obra de Jesucristo son llamados a conocer el más grande tesoro, a DIOS. El Señor Jesucristo nos reveló que en el Padre está el contentamiento de todo corazón y en hacer su voluntad el verdadero alimento (Juan 4:34). El creyente puede aspirar a tener una estrecha relación con el Padre, y obtener su llenura día a día, no obstante todos no hacen uso de este gran privilegio.
En DIOS se encuentran todos los tesoros escondidos del mundo visible e invisible, además de que cuando se cultiva una relación con Él se descubre lo que hay en su corazón. Todo creyente tiene la oportunidad de mantener una estrecha comunión día a día con el Padre e invitarle a participar con él en toda actividad, no obstante muchos escogen no incluirle de lleno en sus días. Perdiendo así el gran privilegio que costó sangre.
En las Escrituras es revelado el corazón de DIOS. Él es bondadoso, misericordioso, amoroso, apasionado, tierno y grande en fidelidad. En el corazón de DIOS están escondidos sus planes y sueños, tanto suyos como para la vida del creyente. Y en la medida que uno se sumerge en DIOS y las Escrituras ello es revelado.
Cuando el creyente busca sobre todo al Padre sus días serán trascendentes, al buscar primeramente al Padre y su voluntad lo demás se acomoda o cae en su lugar. La intimidad con DIOS y conocerle debe ser el motor del creyente, pues en Él está la plenitud.
Descubre al Padre día a día y sé bendecido por su presencia en tu alma. Conoce lo que hay en su corazón y parécete cada vez más a Jesucristo.
Haz valido el invaluable privilegio de conocer a DIOS, y al hacerlo sé bendecido.
Richy Esparza
Escrito para: www.devocionaldiario.com
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