Cuenta una
leyenda que durante la primera guerra mundial, durante un operativo militar, un
escuadrón del ejercito de los Estados Unidos se encontraba en medio del campo
de batalla, y en ese momento se vieron rodeados de soldados enemigos, entonces
recibieron por radio la orden de retirarse, pero el general de ese batallón
respondió las siguientes palabras: retirada, nada. Acabamos de llegar, y no nos
vamos hasta que termine la batalla.
En
ocasiones la vida nos pinta un cuadro similar al que estos soldados enfrentaban,
cuando los problemas, dificultades y circunstancias de la vida nos rodean; y es
que hay algo que a veces no entendemos, y es que no podemos evitar que el
entorno afecte nuestra vida, y aun que muchos cristianos se la pasen renegando
porque piensan que por creer en Dios quedan exentos de los altibajos de la
vida.
Aun Jesús
dijo que en este mundo tendríamos muchas aflicciones, pero que deberíamos
confiar, en que El ya venció a este mundo, por eso es que nuestra vida
constantemente se ve afectada por los problemas, por la enfermedad, y miles de
situaciones más, y es por eso que llegamos e pensar en dejarlo todo y salir
corriendo, abandonar todo y volver atrás, y entonces el enemigo pone en
nuestras mentes el pensamiento de emprender la retirada, de abandonar todo por
lo que has luchado y volver al lodo cenagoso de donde el Señor te saco, y si es
cierto, el panorama no luce nada bien, y pensando humanamente, tal vez tienes
todas las de perder.
Hoy Dios me
puso en el corazón decirte que no importa cuál sea la batalla en la que te
encuentres, tal vez sea enfermedad, soledad, tristeza, escases, etc. No te
rindas, sigue luchando no permitas que el enemigo te gane la batalla, y cuando
el diablo te diga que es tiempo de emprender la retirada, contéstale con
autoridad: retirada, nada si acabo de llegar, y lo mejor de mi vida está por
llegar.
La retirada
solo la emprenden los cobardes, los valientes solo tienen dos opciones: ganar o
morir en el intento, así que se valiente y recuerda:
Retirada
¡Nada!
“Antes, en
todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.
Romano 8:37
DEVOCIONAL DIARIO
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