“¿Por qué Dios tarda tanto en responder?”, es la pregunta que nos hacemos cuando nos encontramos en una situación en la que necesitamos una rápida respuesta de Dios. Y es que a veces quisiéramos recibir todo en el mismo momento que lo pedimos, a veces pareciera que quisiéramos que Dios trabajará solo para nosotros para respondernos lo que queremos y en el momento que “lo necesitamos”.
Una de las características que Dios quiere que tengamos es la paciencia, y es que es la paciencia la que nos ayuda a mantener la fe en que Dios ha de responder.
Cuando hablamos de paciencia, hablamos también de saber esperar, no precipitarse ni desesperarse, sino que mantener la calma aunque el panorama pinte mal y aunque las olas se levanten alto y azoten con fuerza nuestra barca. Cuando tenemos paciencia, siempre recibiremos una respuesta, esa respuesta que no será quizá en el momento que nosotros planeamos, pero sí en el momento que Dios planeó.
Dios maneja los tiempos y sus tiempos siempre son perfectos, él no se precipita basado en una circunstancia, ni mucho menos tiene prisa para actuar, él siempre se mueve en medio de la paciencia y según la fe de los que en él confían.
Cuando una persona tiene paciencia y fe tiene que estar seguro que recibirá una respuesta, eso sí, debemos también saber aceptar la respuesta que Dios nos regale puesto que el hecho de tener paciencia y fe no significa que siempre la respuesta será tal y como nosotros quisiéramos, a veces las respuesta de Dios requerirán de mucha madurez de nuestra parte para aceptarlas.
Quizá hoy te encuentres en un momento en donde te preguntas del porque Dios no te responde aún, yo te invitaría a seguir teniendo paciencia y fe, a no precipitarte, a no pronunciar palabras que denoten enojo o reclamo para Dios, nuestra tarea es seguir creyendo, la de Dios es actuar en el tiempo que él considere adecuado y nuestra actitud ante la respuesta de él tiene que ser respetuosa y llena de sometimiento porque entonces estaremos actuando de una manera agradable delante de Dios.
Que la desesperación provocada por la falta de respuesta no te lleve a tomar decisiones que a la largar te traerán consecuencias negativas, en su lugar sigue esperando, no permitas que las malas decisiones tomen el control de ese asunto, al contrario, sigue confiando en Dios y dependiendo de Él porque cuando haces eso tienes que estar seguro que sea cual fuere la respuesta será lo mejor para tu vida.
¡Ten paciencia y fe!
“Con paciencia esperé que el Señor me ayudara, y él se fijo en mí y oyó mi clamor.” Salmos 40:1 (NTV).
“Espera con paciencia al Señor; sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia.” Salmos 27:14 (NTV).
Enrique Monterroza
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