Leer: Salmo
20 | La Biblia en un año: Hechos 21:1-17 | Me encanta observar las aves.
Cultivé esta actividad mientras crecía en una aldea de Ghana, donde había
diversas especies. En un suburbio de la ciudad donde vivo ahora, me llamó la
atención el comportamiento de unos cuervos, los cuales decidieron descansar en
un árbol que había perdido casi todas las hojas.
En lugar de
posarse en las ramas fuertes, lo hacían en las secas y débiles que se quebraban
de inmediato. Ante el peligro, salían volando, pero solo para repetir ese
inútil esfuerzo. Al parecer, no alcanzaban a darse cuenta de que las ramas
firmes eran los lugares más confiables y seguros para descansar.
¿Y
nosotros? ¿Dónde ponemos nuestra confianza? David lo señala en el Salmo 20:7:
«Algunos confían en sus carros de guerra; otros confían en su caballería, pero
nosotros confiamos en el Nombre, ¡confiamos en el Señor, nuestro Dios!» (rvc).
Los carros y los caballos representan los recursos materiales y humanos. Aunque
estas cosas son útiles para la vida diaria, no nos ofrecen seguridad en los
momentos difíciles.
Los que
confían en cosas, posesiones o riquezas «flaquean y caen», pero los que
confiamos en Dios «nos levantamos, y estamos en pie» (v. 8).
Señor, a veces, he
confiado en cosas y personas, y me han decepcionado.Ayúdame a confiar solo
en ti.
En un mundo cambiante, podemos confiar en un Dios que no cambia.
NUESTRO PAN
DIARIO
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