lunes, 9 de enero de 2017

Cuando no hay claridad

 

Después de que terminó el diluvio DIOS no llamó a Noé para que saliera del arca sino hasta que transcurrieron más días. Seguramente dentro de ese lugar la duda atormentó a Noé y los suyos. Quizá los familiares de Noé le instaron a abrir la puerta del arca a pesar de que DIOS no lo había ordenado. No obstante Noé se mantuvo obediente a DIOS y esperó hasta recibir dirección del Señor para salir del arca (Génesis 8).



José después de haber interpretado atinadamente los sueños del copero y el panadero esperaba salir en libertad, pero no fue así. Tuvieron que pasar un par de años más para que fuese llevado ante faraón. Durante ese tiempo seguramente hubo en su corazón cuestionamientos como ¿Por qué estoy en prisión si solo he obedecido a DIOS? ¿Por qué mis sueños cada vez parecen más distantes? ¿Acaso DIOS se olvidó de mí? Pero al final el Señor le llevó de la cárcel al palacio para ser segundo de faraón (Génesis 41), salvar a su familia y así cumplir el sueño que le había sido dado por DIOS.

Después de que el Señor Jesús entregó Su cuerpo en la Cruz, éste fue puesto en una tumba. Así como todas las expectativas y esperanza de los apóstoles, pues estos se escondieron. Pero al tercer día Jesucristo se levantó de los muertos.

Cuando no exista claridad en tu vida recuerda las promesas y palabras que DIOS ha hablado a tu vida y hazles tu ancla. Y así como a muchos antes que a ti el Señor recompensará tu espera y fidelidad con lo mejor.

Cuando falte claridad en tu vida, acércate de todo corazón a Jesús y Él te permitirá escuchar su dulce voz dándote claridad.


Mantente firme y recuerda que 
DIOS siempre llega a tiempo.

Autor: Richy Esparza


Escrito para devocional diario

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