Leer: Juan 13:3-17 | La Biblia en un año:
Job 1–2 Hechos 7:22-43 | Era hora de que nuestra iglesia designara a un nuevo
grupo de líderes. Para representar su función como líderes siervos, los
ancianos de la iglesia participaron en una memorable ceremonia de lavado de los
pies. Cada uno de los líderes, incluido el pastor, le lavó los pies a otro
mientras la congregación observaba.
Jesucristo fue el primero en darnos el
ejemplo de esto, como vemos en Juan 13. En esa ocasión, durante lo que llamamos
la última cena, Jesús «se levantó de la cena […], puso agua en un lebrillo, y
comenzó a lavar los pies de los discípulos» (Juan 13:4-5). Más tarde, Jesús les
explicó a los discípulos por qué lo había hecho y les dijo: «El siervo no es
mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió» (v. 16).
Además, les dijo: «Yo estoy entre vosotros como el que sirve» (Lucas 22:27).
Si Jesús no consideró humillante realizar
una tarea tan despreciable, nosotros también debemos servir a los demás. ¡Qué
ejemplo maravilloso que nos dejó el Señor! Sin duda, Él «no vino para ser
servido, sino para servir» (Marcos 10:45), y nos mostró lo que significa ser
líder y siervo. Ese es Jesús, el que sirve.
Querido
Señor, ayúdame a servir a otros. Guíame a dejar
de lado mis intereses y
deseos para
ayudar a los necesitados.
Nada de lo
que hagamos es insignificante si es para Cristo.
NUESTRO PAN DIARIO
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