Leer: 1 Juan 4:7-21 | La Biblia en un año:
Job 32–33 Hechos 14 | Con paciencia, nos esforzamos para ayudar a nuestro hijo
a sanarse interiormente y adaptarse a su nueva vida con la familia. El trauma
de su pasado en un orfanato generaba algunas conductas negativas. Aunque yo
tenía gran compasión por él, sentía una lejanía emocional debido a estas
conductas.
Avergonzada, le conté mi lucha a su
terapeuta. Su respuesta amable me conmovió: «Él necesita que des el primer
paso… que le muestres que es digno de amor antes de que él pueda demostrar el
suyo».
Juan lleva a los lectores de su carta a una
profundidad increíble de amor, citando el amor de Dios como la fuente y la
razón para amarse unos a otros (1 Juan 4:7, 11). Admito que muchas veces no
muestro ese amor a los demás, ya sean extraños, amigos o mis propios hijos. Sin
embargo, las palabras de Juan encienden en mí una voluntad y una capacidad
renovadas de hacerlo: Dios dio el primer paso. Dios envió a su Hijo a demostrar
la plenitud de su amor por cada uno de nosotros. Estoy tan agradecida de que Él
no responda dejando de amarnos, como tendemos a hacerlo nosotros.
Aunque nuestro pecado no invita el amor de
Dios, Él no duda en dárnoslo (Romanos 5:8). Su amor, que toma la iniciativa,
nos impulsa a amarnos unos a otros en respuesta a ese amor y como un reflejo de
lo que hemos experimentado.
Señor,
ayúdame a «dar el primer paso»
para amar a otros.
Dios nos
amó primero para que
pudiéramos amar a otros.
NUESTRO PAN DIARIO
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