
MADRID | Un niño que
se enferma, evita a sus amigos y suspende los exámenes puede estar siendo
víctima del bullying. Además, teme revelar su pesadilla a sus padres o a sus
profesores, pues no quiere que lo tomen por un cobarde.
¿De qué se
trata todo esto? Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación.
Lamentablemente esta palabra se encuentra muy difundida debido a los
innumerables casos de persecución y de agresiones que se están detectando en
las escuelas y colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir
situaciones verdaderamente aterradoras.

Amanda
Todd, víctima de bullying y sexting
A los 12
años hizo top less ante un desconocido en una webcam. El video lo subieron a
internet, sufrió bullyin en diferentes institutos, su ciberacosador la
persiguió por facebook ante sus nuevos amigos y compañeros de clase. Un mes
antes de suicidarse, con 15 años, colgó este video. Una llamada de atención
ante los peligros tecnológicos y del propio ser humano.
La última,
terrible, el suicidio de Amanda
Todd, una joven de 15 años, tras tres
años de sufrir este tipo de persecución, unido a un ciberacosador que iba
difundiendo imágenes de un topless que hizo ante su webcam con 12 años.
Quien acuñó
este término bullying fue el noruego Dan Olweus. Él afirma que "un
estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de
forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo
por otro u otros estudiantes”. La suya es la definición más aceptada entre los
expertos.
El bullying engloba todas las formas de
actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación
evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros. La persona
que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de
constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su
completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre callada
en la mayoría de los casos.
El maltrato
intimidatorio le hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que, en
algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.
SITUACIÓN EN ESPAÑA
En España,
se estima que un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por
este fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive
esporádicamente. Los datos varían en función de la fuente de la que procedan y
del enfoque a la hora de estudiar el fenómeno.
Una
encuesta del Instituto de la Juventud (INJUVE) eleva el porcentaje de víctimas
de violencia física o psicológica habitual a un 3% de los alumnos. Y afirma que
un 16% de los niños y jóvenes encuestados reconoce que ha participado en
exclusiones de compañeros o en agresiones psicológicas.
El Defensor
del Pueblo señala que el 5% de los alumnos reconoce que algún compañero le
pega, mientras el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA)
indica que un 49% de los estudiantes dice ser insultado o criticado en el
colegio, y que un 13,4% confiesa haber pegado a sus compañeros.
COMPONENTES CLAVES
Este acoso sistemático, que se produce
reiteradamente en el tiempo, por parte de uno o varios acosadores a una o
varias víctimas, implica tres componentes claves.
En primer lugar, existe un desequilibrio de
poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o sólo
percibido por la víctima. El segundo
elemento clave es que la agresión se
lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de un
modo intencionado. En tercer lugar ,
existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se produce de
forma reiterada.
El
hostigamiento puede producirse a nivel físico, es decir mediante una agresión
directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser
indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la
víctima o robos.
El más habitual es el hostigamiento verbal.
Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan la
autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios
en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o
llamadas, lenguaje sexual indecente.
También existe bullying a nivel
psicológico mediante amenazas para
provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a
la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer.
Por último,
el hostigamiento social consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo
de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar,
bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades
normales entre amigos o compañeros de clase.
VÍCTIMAS MORTALES
El bullying
no mata pero puede llevar a la muerte. “Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque
paren mis pies”. Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas
Jokin Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su
bicicleta, desde lo alto de la muralla de Hondarribia, España, en septiembre de
2004. Jokin venía sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años. Las
continuas amenazas, humillaciones, insultos, golpes, palizas, le hicieron
sufrir al punto de llevarlo a la muerte.
Este
trágico hecho hizo sonar la alarma social, política y educativa, y ha generado
múltiples debates. Pero, lamentablemente, no frenaron el fenómeno. Los casos de
bullying afloran, el hostigamiento y el maltrato verbal o físico entre
escolares sigue multiplicándose.
“ACUÉRDATE DE MÍ”
El tema del bullying ha sido abordado
musicalmente por el grupo cristiano Deb, que presentó a fines del año pasado el
video musical de “Acuérdate de mí”, el primer sencillo de su nievo álbum
“Melodía de luz”, grabado en Madrid.
Para su
promoción el grupo ha realizado varias presentaciones en España durante el mes
de enero, tras su paso por Estados Unidos en noviembre de 2011. Este grupo
rock-folk-melódico está compuesto por la argentina Deb y su marido Gonzalo
Rojas, músico, productor y guitarrista.
El video
clip “Acuérdate de mí” refleja un caso de un adolescente víctima de bullying y
trasmite un mensaje de esperanza.
Editado por: Protestante Digital 2012
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