Leer:
Marcos 8:1-13 | La Biblia en un año: Hechos 6 | L a isla Tristán de Acuña es
famosa por ser una de las más aisladas y remotas del mundo, habitada por solo
288 personas. Está ubicada en el Océano Atlántico Sur, a 2.800 kilómetros de
Sudáfrica… el país más cercano a ella. Todo el que quiere visitarla tiene que
viajar en barco siete días, ya que no tiene pista de aterrizaje.
Jesús y sus
seguidores estaban en un lugar remoto cuando el Señor multiplicó milagrosamente
la comida para miles de personas hambrientas. Antes del milagro, les dijo a sus
discípulos: «ya hace tres días que [estas personas] están conmigo, y no tienen
qué comer; y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino»
(Marcos 8:2-3). Como estaban en el campo, donde no se conseguía alimento
fácilmente, tenían que depender de Jesús. No había nadie más a quién acudir.
A veces,
Dios permite que terminemos en lugares desolados, donde Él es nuestra única
fuente de ayuda. Su capacidad para proveer no está ligada a las circunstancias.
Si creó el mundo entero de la nada, puede indudablemente satisfacer nuestras
necesidades, cualesquiera que sean nuestras circunstancias, conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19).
Señor, te entrego mis
necesidades. Gracias porque siempre puedo confiar en tu provisión.
Podemos confiar en que Dios hará lo que nosotros no somos capaces de
hacer.
NUESTRO PAN
DIARIO
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