Quiero comenzar con esta pregunta que muchos
se han hecho en algún momento de su vida: ¿Cuándo llegará el día de mi suerte?
Como que Dios la tiene agarrada conmigo, hay gente que no lo conoce y le va
mejor que a mí, lo que alcanzo a ver son problemas y más problemas desde que me
levanto hasta que me voy a dormir. ¿Quién puede ayudarme? Si tan solo tuviera
un día bueno, una oportunidad!
Eso que te
dices son mentiras y son esas mentiras las que no te dejan disfrutar del
maravilloso día que Dios te da. Cada día es una oportunidad para sentirte
agradecido que tienes vida. Recuerda lo que dijo el salmista David: Hagamos
fiesta en este día, porque en un día como éste Dios actuó en nuestro favor.
Salmo 118:24 (BLS)
Es probable
que todos los días no se sientan maravillosos, pero si usted mantiene una
actitud positiva de seguro va a mejorar, créalo que funciona, yo mismo he
pasado por esos días que parecen amargos, negativos pero me doy cuenta que no
tiene sentido estar de esa manera, que no logro nada con esa actitud así que
comienzo a buscar lo bello de la vida y buscar la oportunidad de gozarme.
La
oportunidad toca hoy a tu puerta, puede ser que te encuentres atrapado en una
mala relación, en un problema de adicción, depresión, ansiedad, quizás tengas
problemas familiares, de salud o económicos, son tantos los problemas en lo que
la gente suele encontrarse y muchas veces no saben cómo salir. Si te sientes
identificado con la desesperanza y no puedes cantar en medio de la tormenta, si
piensas que tus días se te están acabando me gustaría compartir una historia
que me impactó.
Había un
hombre muy rico que poseía muchos bienes, una gran estancia, mucho ganado,
varios empleados, y un único hijo, su heredero. Lo que más le gustaba al hijo
era hacer fiestas, estar con sus amigos y ser adulado por ellos. Su padre
siempre le advertía que sus amigos sólo estarían a su lado mientras él tuviese
algo que ofrecerles; después, le abandonarían.
Un día, el
viejo padre, ya avanzado en edad, dijo a sus empleados que le construyeran un
pequeño establo. Dentro de él, el propio padre preparó una horca y, junto a
ella, una placa con algo escrito:”Para que nunca desprecies las palabras de tu
padre”
Mas tarde,
llamó a su hijo, lo llevó hasta el establo y le dijo: Hijo mío, yo ya estoy
viejo y, cuando yo me vaya, tú te encargarás de todo lo que es mío… Y yo sé
cual será tu futuro. Vas a dejar la estancia en manos de los empleados y vas a
gastar todo el dinero con tus amigos. Venderás todos los bienes para
sustentarte y, cuando no tengas más nada, tus amigos se apartarán de ti. Sólo
entonces te arrepentirás amargamente por no haberme escuchado. Fue por esto que
construí esta horca. ¡Ella es para ti! Quiero que me prometas que, si sucede lo
que yo te dije, te ahorcarás en ella.
El joven se
rió, pensó que era un absurdo, pero para no contradecir a su padre le prometió
que así lo haría, pensando que eso jamás sucedería.
El tiempo
pasó, el padre murió, y su hijo se encargó de todo, y así como su padre había
previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la
propia dignidad. Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida y
vio que había sido un tonto. Se acordó de las palabras de su padre y comenzó a
decir: ¡Ah!, padre mío… Si yo hubiese escuchado tus consejos… Pero ahora es
demasiado tarde.
Apesadumbrado,
el joven levantó la vista y vio el establo. Con pasos lentos, se dirigió hasta
allá y entrando, vio la horca y la placa llenas de polvo, y entonces pensó: Yo
nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando estaba vivo,
pero al menos esta vez haré su voluntad. Voy a cumplir mi promesa. No me queda
nada más…
Entonces,
él subió los escalones y se colocó la cuerda en el cuello, y pensó: ¡Ah!, si yo
tuviese una nueva oportunidad…
Entonces, se tiró desde
lo alto de los escalones y, por un instante, sintió que la cuerda apretaba su
garganta… Era el fin.
Sin
embargo, el brazo de la horca era hueco y se quebró fácilmente, cayendo el
joven al piso. Sobre él cayeron joyas, esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros y
brillantes, muchos brillantes… La horca estaba llena de piedras preciosas.
Entre lo que cayó encontró una nota. En ella estaba escrito:
“Esta es tu
nueva oportunidad. ¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre”
¡Cuántas
veces cometemos el error de despreciar la Palabra de nuestro Padre! ¡Cuántas veces clamamos a Dios por una nueva
oportunidad! ¿Será que pensamos que las oportunidades tienen que venir con
todos nuestros problemas resueltos? ¿No
será, por el contrario, que la oportunidad pueda asemejarse a esta horca llena
de piedras preciosas que muchos no considerarían? La horca representa el
fracaso, las crisis, los problemas, pero también la victoria, el éxito y las
oportunidades. Tu puedes sacar de los problemas las mejores enseñanzas de tu
vida, busca en ellos oportunidades de aprendizaje que te conduzcan al éxito que
buscas en tu relación, matrimonio, carrera o trabajo.
Oportunidad
es cuando tú tienes el poder de aprovecharla, sino no lo es.
Sabes que
hoy en día disfrutamos de inventos como la bombilla eléctrica en el caso de
Thomas A. Edison, el teléfono en el caso de Alexander Graham Bell, que nos
resultan más que obvios en cuanto a su oportunidad de éxito. Pero en algún
momento no existieron. En ese vacío, ellos vieron una oportunidad… y las
aprovecharon, y podemos disfrutar de ello.
Recuerda
que las oportunidades llegan a nosotros cada día, no me refiero a “las grandes
oportunidades”, me refiero a que cada día que vives es un día de suerte, es un
día de gracia y favor, es la oportunidad para cambiar, para amar y perdonar,
¿Por qué esperar a que otros cambien, a que otros te amen y te pidan perdón? El
cambio empieza en uno.
Hoy tú tienes la oportunidad de comenzar de
nuevo, de crear oportunidades para otros, de bendecir muchas vidas con el gozo
que Dios ha puesto en ti. No hagas de tu vida una tragedia, levántate y haz que
tu luz brille con mucha intensidad. Aprovecha la oportunidad de vivir y tu
suerte cambiará. Si buscas resultado extraordinarios en la vida hoy es el mejor
día para escribirme.
Señor,
enséñanos a atender tu Palabra y a ver la oportunidad que tu nos da de vivir para
bendecir a otros. Amén.
En amor y
liderazgo,
Pedro
Sifontes
Conferencista
y Entrenador de Liderazgo y Coaching. Fundador y Director del Centro de
Liderazgo Creativo. Pastor del Centro Familiar Internacional Las Buenas Nuevas,
Panamá.
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