viernes, 16 de diciembre de 2011

Decisiones



 “Pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse”. Isaías 40:31.


¿Has tomado un momento últimamente para ver cómo es la vida e imaginar cómo podría ser mejor?

Es fácil dejar esto para después, pero a veces parece que nuestra vida gira alrededor de la espera. Esperamos en fila, que llenen el tanque del carro, que vengan a arreglar la tubería...

Esperamos conocer al hombre o mujer de nuestros sueños, nueve meses para que nazca un bebé, el aumento salarial… La espera es un hecho permanente de nuestra vida.

¿Pero has evaluado tu propia vida y cuánto tiempo has pasado en espera? ¿Has esperado (quizás largo tiempo) para hacer un cambio?, ¿cambiar el curso de tu vida o aceptar una situación que se presentó?

Yo duré mucho en hacer un compromiso serio para ser escritora. ¿Qué me detuvo? Como otros, no tengo respuestas simples. Crié mis hijos, trabajé en tener un buen matrimonio y que nuestro negocio prosperara. Son motivos válidos, pero en realidad me detuvo mi miedo y falta de guía. Cuando finalmente pasé esa etapa, Dios estaba ahí listo para ayudarme y motivarme en el proceso.

También sucede lo opuesto. A veces actuamos sin pensar bien en los resultados que puede traer una decisión. Podríamos pensar, por ejemplo si alguna vez has tratado de “arreglar” un problema en lugar de dejar a Dios o a otros que lo manejen. Actuar con rapidez puede llevar a resultados a veces trágicos.

Hay un antídoto para esto: ¡Consultar a menudo al Señor! Hable con Él, lea su Palabra y reciba sabiduría de un amigo espiritualmente maduro.

 a)   Considera las razones por las que Dios te llevó al sitio donde estás.
b)    Considera las posibilidades de cambiar.
c)    Busca un amigo creyente y pida sus oraciones y motivación.
d)    Lee en tu Biblia sobre personas que han esperado en el Señor y otros que han actuado en obediencia (Jesús ha hecho ambas).

El Salmo 138:8 expresa: “¡El Señor llevará a feliz término su acción en mi favor! Señor, tu amor es eterno; ¡no dejes incompleto lo que has emprendido!”.

Los tiempos de Dios son a menudo diferentes a los nuestros. Cuando esperamos en Dios y luego actuamos, será refrescante y gozoso para nuestra vida. Espero que tu vida esté llena de esperas intencionales, mientras Dios te fortalece.

Oración

Señor, como dice tu palabra, haz que pueda esperar en ti y tener nuevas fuerzas; tomar decisiones correctas y vivir con confianza en ti y en el control que tienes de todas las cosas. En el nombre de Jesús. Amén.

Escrito por Diane Markins. Escritora invitada.
Fuentes: Club 700
@ Reflexiones Bíblicas

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