LEA: Isaías
43:22-28 | Mis primeros años de creyente en Cristo estuvieron cargados de
presentimientos. Tenía la impresión de que, cuando Jesús volviera, se
proyectarían todos mis pecados en una pantalla grande, para que todos los
vieran.
Ahora sé
que Dios prefiere no recordar ni siquiera una de mis transgresiones. Cada
pecado ha sido sepultado en el mar más profundo, y nunca volverán a ser
exhumados ni examinados.
Amy
Carmichael escribió: «Hace uno o dos días, pensaba tristemente en el pasado;
tantos pecados, fracasos y fallas de todo tipo. Estaba leyendo Isaías 43 y, en
el versículo 24, vi: «…me fatigaste con tus maldades». Entonces, por primera
vez, noté que no hay ningún espacio entre el versículo 24 y el 25: «Yo, yo soy
el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus
pecados».
En
realidad, cuando nuestro Señor Jesucristo vuelva, «… aclarará también lo oculto
de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces
cada uno recibirá su alabanza de Dios» (1 Corintios 4:5). Ese día, nuestras
obras serán examinadas y tal vez perdamos algo, pero no seremos juzgados por
nuestro pecado (3:11-15). Dios verá lo que Cristo hizo por nosotros y no se
acordará de nuestras maldades.
Cuando Dios
nos salva, nuestros pecados son perdonados para siempre.
Nuestro Pan
Diario
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