Suele ser
demasiado común que como madres nosotras seamos nuestras peores críticas.
¿Conoces a una buena madre que se sienta totalmente segura de estar haciendo un
excelente trabajo y que no se auto-critique? Quizás tu respuesta es no.
Esto se
debe a que la mayoría de nosotras anhelamos tanto lo mejor para nuestros hijos
que nos aterra pensar que estemos cometiendo algún error que los pueda llevar
por un mal camino. Somos rápidas en notar nuestras fallas y muy lentas en
reconocer que estamos haciendo un buen trabajo. Hasta la mejor mamá llega en
algún momento a dudar de su desempeño.
Ser
auto-critica, aun si te parece algo negativo, es la primera señal de que tu
desempeño como mamá es bueno. La triste realidad es esta: a las malas mamás no
les interesa como crían a sus hijos. Si te preocupas por lo que haces,
demuestras que tu trabajo como madre es importante para ti.
Estas 8
señales te ayudarán a entender que por más dudas que puedas tener, puedes
relajarte, estás haciendo un trabajo excelente.
1. Dudas
Como ya te
expliqué, la primera señal es que dudes de tu desempeño. El desarrollo de tus
hijos es importante para ti y te preocupa dar lo mejor de ti porque entiendes
que eres responsable de su crianza.
2. Estás exhausta
¿Sientes
que no tienes suficiente energía o ánimo? Si estás agotada o agobiada, no es
porque no haces suficiente, al contrario, vas más allá de lo que tu cuerpo te
permite para hacer tu trabajo.
3. Sigues tu intuición
Nunca
faltan los consejos de otras madres que creen saber cómo criar a tus hijos
mejor que tú. Sigues tu intuición y haces lo que tu conciencia te dice que es
lo correcto.
4. Reconoces que puedes aprender de tus hijos
Nuestros
hijos pueden ser los más sabios maestros. Has tenido momentos en los que tu
hijo te sorprende con un comentario que no esperarías de un pequeño y lo tomas
como un gran aprendizaje.
5. Tus hijos comen antes que tú
Tomas
cuidado de llenar el plato de tu hijo antes que el tuyo. Puede sonar como un
simple hecho usual, pero es una muestra inconfundible de amor.
6. No comparas a tus hijos con otros
Si te das
cuenta que Danielito aprendió a caminar antes que tu retoño, no te apresuras a
pensar que algo está mal. Comprendes que cada niño es único y no pueden llenar
el mismo molde.
7. Los disciplinas cuando debes
No te haces
la ciega cuando tu "ángel" hace algo indebido. Sabes reconocer cuando
tienes que intervenir y disciplinar a tu hijo cuando ha hecho algo que no está
bien.
8. Tú eres su consuelo
Tú eres la
persona a la que tus hijos buscan cuando algo les afecta, esto aplica a
cualquier edad y situación, desde un pequeño rasguño hasta un corazón roto.
Si
encuentras que al menos una de estas características te define, ¡felicidades,
eres una mamá excelente! Relájate y demuéstrales a tus hijos con acciones lo
que quisieras que ellos lleguen a ser. Si deseas que tengan una vida feliz,
dales tú misma ese ejemplo. Y recuerda, ¡tú eres su mamá! Eres única e
irremplazable. Nadie más que tú puede hacer un mejor trabajo en la crianza de
tus hijos.
Fuente: Familia.com
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