Leer: Juan
1:1-8 | La Biblia en un año: Romanos 15:14-33 | En 1989, Vaclav Havel pasó de
ser prisionero político a convertirse en el primer presidente electo de
Checoslovaquia. Años después, en su funeral en Praga, en 2011, la ex Secretaria
de Estado de los Estados Unidos, Madeleine Albright, nacida en Praga, lo
describió como alguien que había «llevado la luz a sitios de profunda
oscuridad».
Lo que
Havel hizo generando luz en el ámbito político en lo que actualmente se conoce
como República Checa, nuestro Señor Jesús lo hizo por el mundo entero. Él
generó la luz cuando la creó a partir de la oscuridad en el amanecer de los
tiempos (Juan 1:2-3; comp. Génesis 1:2-3). Más tarde, al nacer, trajo luz a la
esfera espiritual. Jesucristo es la vida y la luz que la oscuridad no puede
derrotar (Juan 1:5).
Juan el
Bautista salió del desierto para dar testimonio de Jesús, la luz del mundo.
Nosotros podemos hacer lo mismo hoy. En realidad, es lo que el Señor nos dijo
que hiciéramos: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos»
(Mateo 5:16).
En este
mundo —donde lo bueno suele considerarse malo y lo malo bueno, y donde la
verdad y el error se invierten—, la gente busca hacia dónde ir. Reflejemos la
luz de Cristo en nuestro entorno.
Señor, ayúdame a ser
una luz en este mundo oscuro.
¡Brilla con la Luz!
NUESTRO PAN DIARIO
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