miércoles, 7 de septiembre de 2011

La Última Cosecha


Proverbios 6:

6          Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio;
7          la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,
8          prepara en el verano su comida y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
 9         Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10        Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo:
11         Así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado.

Me imagino ver a esos hacendados apurándose para recoger la cosecha, pues ya entro el otoño, sino me equivoco y con el otoño vienen las lluvias, se caen las hojas de árboles y a veces hasta nieva.

Los hacendados saben seguir las señales de los tiempos, saben que le queda poco tiempo para recoger la cosecha y sino lo hacen se pierde, pueden perder sus inversiones y a larga no tienen comida para el invierno.

La parte arriba mencionada nos pone a las hormigas como ejemplo y por vía de consecuencia nos dice mira y copia de la hormiga, que siendo pequeña y tal vez indefensa, sabe prepararse para el invierno.

Conozco persona que pasan años buscando trabajo o empleo, lo increíble del caso es que nunca encuentran empleo; el versículos 9 a esta gante lo llama perezoso y no solo eso, sino que también le pregunta ¿hasta cuándo has de dormir?

Cuando le hablamos al pueblo de Dios y aplicamos esta lectura a cada uno de nosotros, vemos que hay mucha cosas en la cuales tal vez estamos fallando; sabemos que el Señor viene a levantar su pueblo, pero ¿qué estamos haciendo?

La hormiga trabajan y colectan alimento durante el verano; ahora bien ¿estamos nosotros trabajando, estamos cumplimiento con la gran comisión?

Saben sino nos dormimos, si dejamos que el sueno invada nuestra vida, si cruzamos la mano; la pobreza invadirá nuestro hogar y nos pasara como aquel de la parábola de los talentos

Mateo 25:

26        Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
30        Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Saben se acerca la ultima cosecha, es necesario que nos levantamos y echemos la red, o reguemos la planta; pues cuando el Señor venga cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta por si mismo.

Félix Abreu

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