miércoles, 21 de septiembre de 2011

Tómalo Suave



Hablaba con mi suegro y él me dijo que lo tomara suave y al mismo tiempo me recordé de   aquella frase que usaba un amigo mío allá en mi tierra natal; si te afana te muere y sino te afana también te muere, tómalo suave.


Mateo 6:
            25                    Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
            26                    Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?
            27                    ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
            28                    Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
            29                    pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
            30                    Y si a la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?
            31                    Por tanto, no os afanéis, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
            32                    Porque los gentiles buscan todas estas cosas; mas vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
            33                    Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
            34                    Así que, no os afanéis por el mañana, que el mañana traerá su afán. Bástele al día su propio mal.

Saben luchamos demasiado por lo que queremos o deseamos y al final, no nos llevamos nada, nos vamos que venimos, no es que debemos trabajar, sino que debemos tomarlo suave.

Dios tiene el control de nuestra vida y El mismo nos dice que no nos afanemos tanto que si las aves del campo El la alimenta, los lirios crecen; no trabajan ni hilan y la hierba  que hoy es y mañana es echada en el fuego; Dios la vista así.

Dios promete en su palabra que nos hará mejor que a los lirios y las aves del campo; que no nos afanemos tanto, que busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas por la cual nos afanamos serán añadidos.

No nos preocupemos tanto, vivamos la vida para el Señor, dejemos que El sea quien pilotee nuestro barco, que El sea nuestro capital.

Tratemos de lograr nuestra meta, pero si nuestra meta no se hacen realidad, continuemos empujando, sueñe otro si tiene que soñar; pero no se mortifique mucho, tómelo suave.

Al final como dice el predicador, vanidad de vanidades, todo es vanidad; teme a Dios y guarda su mandamiento que ese es el todo del hombre.

Félix Abreu

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