El novio invita a Su amada a ir con Él a esconderse secretamente:
"Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de
escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la
voz tuya" (Cantar de los Cantares 2:14). Luego, más tarde, ella responde:
"Es la voz de mi amado que llama: Ábreme…amiga mía, paloma mía"
(Cantar de los Cantares 5:2).
Para aquellos cuyos corazones se han enfriado, aquellos que ya no pueden
oír Su voz, Dios ha prometido darles un corazón nuevo y tierno, si se
arrepienten y se vuelven a Él con fe. Un corazón duro no está desahuciado, ¡por
lo menos si quieres cambiar! No es algo que te hizo Dios, más bien, tú te lo
hiciste a ti mismo, al cerrar la Palabra de Dios.
Esta es tu promesa: "Y volverán allá, y quitarán de ella todas sus
idolatrías y todas sus abominaciones. Y les daré un corazón, y un espíritu
nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su
carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y
guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por
Dios" (Ezequiel 11:18-20).
Y: "Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de
todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de
vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra" (Ezequiel 36:25-27).
(Blog de David Wilkerson, Fallecido)
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