En
Filipenses 3:13, el apóstol Pablo dice que una de las cosas que se esforzó por
hacer fue “olvidar lo que queda atrás”. Pienso que Pablo trató de arreglar
errores que había cometido antes y descubrió lo complicado e imposible que era.
Sólo hay una cosa que podemos hacer con el pasado y es ¡dárselo a Dios!
Cuando
permitimos que Dios tome control de nuestros desórdenes y los torne en
milagros, el Padre tiene la habilidad de usar los errores que cometemos para
nuestro bien, si sólo confiamos en Él.
Isaías 61:3
dice que nos “dará gloria en lugar de ceniza”, pero encuentro que muchas
personas se aferran a sus cenizas, las cenizas del pasado, aquellas que les
recuerdan sus defectos y fracasos. Por tanto, quiero animarlo a tomar la
decisión de dejar sus cenizas. Cada día es un nuevo día repleto de tremendas
posibilidades, nueva vida, nuevas esperanzas, nuevos sueños.
¿Necesita
una segunda oportunidad? Pídale a Dios una segunda, tercera, cuarta o quinta,
la que sea que necesite. Dios está lleno de misericordia y resignación. Su
bondad nunca falla ni tiene fin. Si llevamos la cuenta de todos nuestros
defectos y fracasos, nos sentiremos oprimidos.
Jesús vino
a quitar las cargas, pero tenemos que estar dispuestos a dejarlas ir y creer
que Él es más grande que nuestros errores.
No creo que
Dios sea tan difícil de complacer como a veces pensamos. Después de todo, no lo
sorprendemos. Él sabía todo de nosotros antes de invitarnos a tener una
relación con Él.
Si siente
que su vida es complicada, entonces quizás es que es muy exigente consigo
mismo. Dese una oportunidad. Dios ve su corazón y siempre está dispuesto a
trabajar con cualquiera que se rehúsa a darse por vencido.
Es
importante dejar de pensar en el pasado para poder ver el plan de Dios para
hoy. La Biblia está llena de historias sobre personas que han experimentado
nuevos comienzos. Recibir a Jesús como nuestro Salvador es el máximo nuevo
comienzo. Somos nuevas criaturas con una oportunidad para aprender una nueva
manera de vivir.
Efesios
4:23 dice que los cristianos deben renovar constantemente su mente y actitudes.
Si alguna vez pensó o mostró una actitud pensando que era muy tarde para tener
una buena vida, buenas relaciones, o esperanza para el futuro, entonces
necesita renovar su mente rápidamente.
Escoja
pensar de acuerdo a la Palabra de Dios y no como se siente. Nadie es un fracaso
a menos que opte por dejar de tratar. La vida se torna más dulce y fácil si
vivimos con la actitud que dice: “Haré lo mejor que puedo hoy y confiaré en que
Dios hará el resto. Mañana comenzaré de nuevo y nunca me daré por vencido”.
Puede
simplificar su vida al aprender a desarrollar confianza. Muchas veces, no nos
permitimos confiar. No confiamos en nuestros esposos, en nuestros hijos y, si
somos sinceros, muchas veces no confiamos que Dios hará lo que ha dicho.
Quizás
necesita mirar hacia arriba y a su alrededor, en lugar de hacia atrás y hacia
abajo. Levante la mirada y vea el increíble futuro que desata esperanza para
usted en Dios.
No pase su
vida lamentándose por lo que ha perdido y lo que ya se ha ido; haga un
inventario de lo que le queda y siga hacia delante. La persona que confía en
Dios sabe que aunque las cosas no salgan de la manera que esperaba, Dios tienen
un mejor plan si confía en Él (lea Salmo 37:5).
Confiar en
Dios trae descanso sobrenatural a nuestras almas, lo que nos permite vivir
simple y libremente, de la manera que Él quiere que vivamos. La confianza crece
mientras damos pasos de fe y experimentamos la fidelidad de Dios. Deje ir lo
que quedó atrás, ¡entre a una nueva etapa de confianza en Dios!
POR JOYCE
MEYER
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