“Somos humanos, pero no luchamos como lo hacen los humanos.”
2 Corintios 10.3
Pablo es muy claro sobre algo acá, algo que mucha gente hoy en día no toma en consideración conscientemente, durante el transcurso de su día; todo comienza en nuestras mentes. Cada acción que una persona toma, es el resultado de una descarga de sinapsis en su cerebro (neurotransmisión), la cual se convierte en acción. Entonces cuando Pablo acá se dirige a la guerra como algo que no hacen de acuerdo a la manera en que peleamos físicamente, él se está refiriendo al hecho de que cada batalla sucede en un lugar que no podemos ver, en la mente.
Esta verdad se aplica a cualquier batalla que estés enfrentado. Ya sea una batalla física con el enemigo, una batalla de comportamiento compulsivo o una batalla con tus propios pensamientos. Peleas con tu propia mente cada día.
Todo lo que experimentas en la vida, se experimenta emocionalmente antes de que sea experimentado lógicamente. Todos tus nervios se convergen y pasan a través de la parte emocional de tu cerebro (sistema límbico) antes de llegar la centro de la lógica (corteza prefrontal). Lo que esto significa es que muchas veces reaccionas emocionalmente antes de reaccionar lógicamente. Cuando esto le sucede a alguien, la persona no sabe por qué reaccionó tan fuerte, y es porque ha sido “secuestrada emocionalmente.” En ese momento, puede que la persona sienta que esta en una pelea contra la persona que tiene al frente, pero la realidad es que primero está en una pelea contra sus propias emociones, emociones que residen en su mente.
Hoy, dale un vistazo a las batallas frente a ti y reconoce que antes que nada, primero toman lugar en tu mente. No trates de pelearlas con tus fuerzas. Peléalas con el poder del Espíritu Santo, al permitir que sea El quien renueve tu mente. La mayor parte del tiempo, tu eres tu peor enemigo. Pon atención a como respondes hoy. Es posible que has sido secuestrado emocionalmente, por ti mismo?
Robert & Rebecca Vander Meer
La Arboleda.net
Ezekielsgrove.com
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