Leer | Efesios
2.8-10 | Oswald Chambers, autor de En pos de lo supremo, murió en 1917 a
los 43 años. Su influencia, sin embargo, sigue viva. Casi un siglo más tarde,
Dios sigue utilizando el libro de este escritor para hablar a los corazones.
Soy uno de los muchos que han sido tocados por sus palabras. El mensaje de
Chambers ha perdurado porque dio prioridad a las cosas de valor eterno, no a
las del mundo.
Tristemente,
muchas personas eligen una existencia sin significado perdurable. Dedicarse a
ganar tanto dinero como les sea posible, complacerse a sí mismas y jubilarse
para disfrutar de la buena vida, no es bíblico.
Vivir de verdad implica darnos sin reservas a
Dios para que Él pueda usarnos como mejor le parezca. Los cristianos como
Chambers, que dejan una huella duradera, tienen pasión por servir al Señor.
Buscan maneras de expresar su amor y su devoción a Dios.
Como ciudadanos
del reino celestial, los creyentes deben ver su trabajo como “siervos de Dios
todopoderoso”. Tal vez usted esté pensando: Tengo un trabajo secular o Mi vida
no tiene mucha importancia.
Pero déjeme
decirle, si usted está decidido a ser útil para el reino, Dios le dará tareas
de valor eterno. Comparta su fe con quienes sufren. Ya sea por medio de su
profesión o entre sus vecinos, póngase a disposición de las personas que
necesiten ayuda. Cuente a otros lo que el Señor está haciendo en su vida.
Usted ha
sido llamado a servir a Dios en el lugar en el que está. A todos se nos ha dado
el trabajo de evangelizar y enseñar (Mt 28.19), así como la tarea de ocuparnos
de los necesitados (Is 1.17; Gá 6.2). Hay mucho trabajo por hacer.
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