Cuando DIOS
declara en las Escrituras que es Él quien sustenta a los suyos, lo hace con el
propósito específico de ofrecerles descanso. Porque sus recursos y poder son
inagotables; por el contrario el ser humano es limitado.
El creyente corre el riesgo de hacerse daño cuando pone sobre sí el peso de la obra de DIOS, pues si realmente está realizando la obra que el Todopoderoso le ha encomendado, ésta será de gran tamaño para él. Es mediante el poder del Espíritu Santo de DIOS que se realizan las grandes obras:
“No es por
el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos
Celestiales.”
Zacarías
4:6 Nueva Traducción Viviente (NTV).
El SEÑOR
puede realizar muchísimo más en un instante que todo el esfuerzo del creyente.
Él puede abrir puertas de oportunidad que nadie más puede abrir. Él puede
recuperar lo que los suyos han perdido en cuestión de segundos.
Cuando una
obra encomendada por el SEÑOR es terminada, quedará claro que fue solamente Él
quien le hizo posible. Por lo que el creyente puede descansar y creer que no
depende de él lo que se le ha encomendado.
El poder de
DIOS desatado por la palabra que encomendó la obra es suficiente para cargar su
peso. Pero si el creyente intenta llevar ese peso le consumirá. Pues las obras de
DIOS van más allá de esfuerzos humanos.
Permite que
sea DIOS tu fortaleza en toda obra que te encomiende, no intentes cargar su
peso.
Autor: Richy Esparza
Escrito
para: Devocional Diario.
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