Recuerdas
la historia de Ananías y Safira. Ellos fueron los creyentes que cayeron muertos
en la iglesia porque tergiversaron quién era Jesús. Le mintieron a Pedro acerca
de la cantidad que recibieron por la tierra que vendieron. Pero Pedro les dijo
que habían mentido al Espíritu Santo. Ciertamente, si algún cristiano miente a
cualquier hombre, es como si le mintiera a Dios (ver Hechos 5:1-11).
¿Cuál fue
exactamente la mentira de esta pareja? Era su malversación del dinero designado
para el pobre. Quizás le testificaron al comprador: “Todo lo que usted nos
pague es para la causa de Cristo. Todo esto va a las viudas y los pobres”. Pero
se quedaron con una parte del dinero.
El mensaje
detrás de la historia de Ananías y Safira es que no se toca lo que pertenece al
pobre y al necesitado. Dios no permitirá que Su Hijo sea mal representado ante
el mundo por aquellos que se llaman por Su nombre.
Te
pregunto, ¿cómo produjo el Espíritu Santo este cambio repentino de corazón en
aquellos creyentes recién bautizados en Jerusalén? Su transformación fue un
milagro increíble. La respuesta es que estos cristianos eran los hijos de la
profecía de Malaquías. Malaquías es el último profeta del que tenemos noticias
en el Antiguo Testamento. Dios habló a través de él, diciendo: “Y vendré a
vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros,
contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a
la viuda y al huérfano” (Malaquías 3:5).
Ahora
avance en el tiempo hasta la iglesia en Jerusalén. Estos creyentes iban de casa
en casa en comunión. “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos
2:42). ¿Cuál fue la doctrina de los apóstoles mencionada aquí? Se trataba de
las mismas palabras de Cristo. Jesús había instruido a Sus discípulos: “Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan
14:26).
Las
palabras de Jesús fueron avivadas en sus corazones y supieron que nunca más
podrían vivir de la misma manera. De pronto, vieron cuán serio, verdaderamente,
era este asunto de representar a Jesús. Esto los llevó a sus casas a tomar todo
lo que no necesitaban, y luego llevar aquellos bienes a las calles para
venderlos. Dicho de una manera simple, la Palabra de Cristo en Mateo 25 les dio
a estos creyentes una nueva actitud de amor y preocupación por el pobre.
Posted by World Challenge
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