1 Juan
4.7-10 | Una relación cercana se caracteriza por un vínculo estrecho entre dos
personas, y el interés por el bienestar mutuo. En otras palabras, los conocidos
nos conocen poco, pero los verdaderos amigos conocen nuestros pensamientos,
sentimientos y deseos más profundos.
Dios, que
es santo y perfecto, ha deseado siempre esa relación con el hombre, pero el
pecado hizo que eso pareciera imposible. Para empezar, porque todos nos hemos
rebelado contra su autoridad, y merecemos el castigo de la muerte (Ro 3.23;
6.23). Pero, más que eso, porque nacimos con una naturaleza corrupta heredada
de Adán (Sal 51.5). Ni buenas obras ni valores morales pueden borrar eso.
Solo Dios
podía remediar la situación. Su solución fue cambiar nuestra naturaleza para
que pudiéramos ser parte de su familia. Para que se cumpliera su justicia, solo
un sacrificio perfecto podía pagar nuestros pecados (Dt 17.1). Alguien que no
tuviera una naturaleza pecaminosa tenía que morir en nuestro lugar y pagar la
deuda. El único que calificaba para esto era Jesús, el Dios-hombre perfecto,
quien dio su vida por nosotros (He 4.15) para que pudiéramos tener una relación
con el Padre. Nuestra amistad con Dios se logró con un alto precio para Él: la
muerte de su amado Hijo.
Dios hizo
todo lo necesario para hacernos parte de su familia, y para que nos
relacionemos con Él. ¿Tiene usted esta relación con el Padre por la obra de
salvación de Jesús? Si no es así, nazca hoy espiritualmente recibiendo a Cristo
como su Salvador personal. En esta época de Navidad, descubra los regalos de la
libertad, la satisfacción y el gozo que se encuentran únicamente en Él.
Biblia en
un año: Hebreos 1-3
Fuente: En
Contacto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.