LEA: 1 Juan
3:16-23 | Cuando Deng Jinjie vio personas que luchaban en el agua del río
Sunshui, en la provincia de Hunan, en China, no pasó de largo. En un acto
heroico, saltó al agua y ayudó a salvar a cuatro miembros de una familia. Por
desgracia, la familia se marchó antes de que él saliera del agua. Lo lamentable
fue que Jinjie, exhausto por el esfuerzo, fue arrastrado por la corriente del
río y se ahogó.
Cuando
estábamos ahogándonos en nuestro pecado, Jesucristo dio su vida para venir a
ayudarnos. Nosotros éramos las personas que Él vino a rescatar. Descendió del
cielo y nos llevó hasta un lugar seguro, al morir en la cruz para cargar con el
castigo por todas nuestras iniquidades (1 Pedro 2:24).
Pero, tres
días más tarde, resucitó. La Biblia afirma: «En esto hemos conocido el amor, en
que [Jesús] puso su vida por nosotros…» (1 Juan 3:16). El sacrificio de amor de
Jesús a nuestro favor nos inspira ahora a mostrar amor genuino, «de hecho y en
verdad» (v. 18), a las personas con quienes estamos relacionados.
Si pasamos
por alto el sacrificio supremo de Cristo por nosotros, no veremos ni
experimentaremos su amor. Considera hoy la relación entre su sacrificio y su
amor por ti. Él ha venido a rescatarte.
Jesús
entregó su vida para mostrarnos que nos amaba.
(Nuestro
Pan Diario)
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