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Timoteo 1:12-17 | La primera edición de la novela de Charles Dickens, Cuentos
de Navidad, se lanzó el 19 de diciembre de 1843, y nunca dejó de publicarse.
Narra la historia de Ebenezer Scrooge, un hombre rico, amargado y avaro, que
afirma: «a todos los idiotas que van con el ¡Feliz Navidad! en los labios los
cocería en su propia sustancia».
Sin
embargo, una Nochebuena, Scrooge cambió radicalmente y se convirtió en un
hombre generoso y feliz. Con gran humor y discernimiento, el libro de Dickens
refleja el anhelo universal de tener paz interior.
Cuando era
joven, y con un espíritu vengativo, el apóstol Pablo se oponía a Jesús y a sus
seguidores: «asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres
y a mujeres, y los entregaba en la cárcel» (Hechos 8:3). Pero, un día, se
encontró con el Cristo resucitado, y la historia de su vida cambió (9:1-16).
En una
carta a Timoteo, su hijo en la fe, Pablo describió así aquel suceso que
transformó su vida: aunque era «blasfemo, perseguidor e injuriador; […] la
gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo
Jesús» (1 Timoteo 1:13-14).
Jesús nació
en nuestro mundo y entregó su vida para que pudiéramos ser perdonados y
transformados por la fe en Él. ¡Esta es la esencia de Navidad!
Un cambio
de conducta empieza cuando Cristo transforma nuestro corazón.
Nuestro Pan
Diario
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