Jesús dijo:
“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo,
antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:18-19).
Estos versículos
dan en el blanco del mismísimo corazón del porqué somos odiados. Cuando fuimos
salvos, “salimos del mundo”, y aceptamos nuestra misión de insistir que otros
también “salgan del mundo.”
“Yo les he
dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:14)
“Pero
porque no sois del mundo… por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19). Cristo
está diciendo, en esencia: “El mundo los odia porque yo los llame a salir de su
condición. Y eso significa que yo los saqué del compañerismo con el mundo. Sin
embargo, no tan solo los saqué, sino que también los envié para que saquen a
todos los demás.”
El espíritu
del anticristo protestante obra para obstaculizar esta separación de los
cristianos con el mundo. Hace que parezca posible para los creyentes permanecer
en el mundo y aun considerarse cristianos.
Te puedes
preguntar: “¿Qué exactamente quiere decir Jesús cuando dice ‘el mundo’?”
El no solo
está hablando de lujurias impías, enloquecimiento por el placer, pornografía o
adulterio. No, “el mundo” al cual Cristo se refiere no es alguna lista de
prácticas malvadas. Eso es solo parte.
“El mundo”
del cual habla Jesús es la negativa a rendirse a su Señorío. En resumen,
mundanalidad es cualquier intento de mezclar a Cristo con la voluntad propia.
Ves, cuando
nos rendimos al Señorío de Cristo, nos aferramos a Jesús y somos dirigidos por
el Espíritu Santo, paso a paso, a un caminar de pureza y rectitud. Comenzamos a
agradecer la reprobación santa.
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World Challenge
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